CaixaBank eleva al 2% su previsión de crecimiento para España en 2023
La entidad suma siete décimas a su anterior previsión de crecimiento aunque subraya que gran parte se debe al buen comportamiento del sector exterior
CaixaBank Research ha mejorado su previsión de crecimiento del producto interior bruto (PIB) de España hasta el 2% para 2023, siete décimas más que en la anterior estimación y solo una por debajo de la predicción del Gobierno, gracias a unos datos económicos mejores de lo esperados, en tanto que la inflación cerrará en el 3,9% de media.
En un artículo publicado en su informe mensual de junio, los analistas destacan que el dato de crecimiento del primer trimestre (un 0,5%, en comparación con los cuatro últimos meses de 2022) ha ahuyentado los temores de recesión, además de una mejora en el entorno de los precios energéticos. Sin embargo, advierten que el crecimiento va a estar sustentado sobre todo en el buen desempeño del sector exterior, en tanto que la demanda interna será «débil» por «el impacto de la elevada inflación y el aumento de los tipos de interés».
CaixaBank destaca el buen tono del mercado laboral, que alcanzó los 20,8 millones de afiliados a la Seguridad Social en mayo, además de la moderación, mayor de la prevista, de la inflación el mes pasado.
«A pesar de la coyuntura llena de desafíos, el desempeño de la economía española se ha visto sostenido por tres elementos fundamentales: un sólido mercado laboral, la marcada corrección del precio del gas natural y un vigoroso comportamiento del sector exterior«, destaca la entidad.
Por lo que respecta a la inflación, CaixaBank Research recorta en tres décimas su previsión de subida de los precios hasta el 3,9% de media, debido a «la caída sustancial del precio de la energía, pero también la mayor persistencia de la inflación núcleo y la de los alimentos». Ya en 2024 caerá por debajo del umbral del 3% anual.
Sin embargo, y pese al vigor de los datos, los expertos de CaixaBank ponen un par de peros. Por un lado, la elevada inflación, que pese a que está en senda descendente, sigue alta. Y, por otro, los tipos de interés. «El consumo privado encadena dos trimestres consecutivos de retrocesos e indicadores de más alta frecuencia, como nuestro indicador interno basado en la evolución del gasto en tarjetas, no dan señales de una clara mejora en el horizonte más cercano», apuntan.
Además, la elevada inflación del año pasado provocó un recorte de la tasa de ahorro (del 12,7% al 7,2%), por lo que un aumento del consumo puede estar ligado a una mejora de la renta disponible. «Sin embargo, aunque esperamos que la renta disponible crezca a una tasa superior, cerca del 4,5%, gracias al repunte del crecimiento salarial y al buen comportamiento previsto del empleo, también proyectamos que la inflación seguirá siendo alta, del 3,9%. Esto limitará el crecimiento del consumo en términos reales», abundan.