Caixa Girona: la fusión que estuvo a punto de no ser
El consejo tuvo 2 abstenciones y 3 votos negativos
Fue una reunión tensa, la del consejo de administración de Caixa de Girona. Tenían que decidir si aprobaban seguir el proceso de fusión con Caixa Sabadell, Caixa Terrassa y Caixa Manlleu y además tenían que incrementar el peso de la entidad en la sociedad resultante porque diversas organizaciones de la sociedad civil empujaban en este sentido.
La reunión empezó, según uno de sus asistentes, a las siete de la tarde y terminó cerca de las diez. Hubo momentos de tensión en los que pareció que la fusión podría frustrarse. Finalmente se decidió seguir con la operación. Después que diversos organismos de la sociedad civil de Girona planteasen que la representatividad de la caja debía ser paritaria a Sabadell y Terrassa: 30% en cada uno de los casos y que Caixa Manlleu tuviese un 10%, hubo una negociación de última hora que acercó la postura a ese objetivo, pero sin lograrlo: Sabadell y Terrassa tendrán el 35% en cada caso, Girona el 23% y Manlleu el 7%. No obstante, miembros del consejo consultados por este diario han indicado que “se decidió que este seria el punto de partida y que se intentará mejorar el porcentaje en los próximos meses hasta conseguir el objetivo planteado”.
Durante la reunión hubo momentos de tensión y consultas por parte de los diversos consejeros a personas que estaban también reunidas en otros lugares deliberando. Finalmente el acuerdo se tomó pero no por unanimidad: hubo 12 votos favorables, 2 abstenciones, correspondientes a los vicepresidentes: Pere Cornellà, que lo es en representación de los impositores y se le considera cercano a CiU y el economista y asesor financiero,Josep María Calders.
Hubo además tres votos negativos: Jaume Torremadé, consejero por la entidad fundadora (la Diputació de Girona) y portavoz de CiU en dicha corporación; David Grau, economista cercano a ERC que es consejero en representación de las corporaciones locales y Lluís Sais, alcalde de la Bisbal, también de ERC y representante por la Diputación.
Las críticas al acuerdo iban en la dirección de considerar el proceso precipitado y que su ritmo estaba excesivamente marcado por el Banco de España.
De fondo estaba el malestar que en la sociedad civil y empresarial de Girona se tiene ante lo que se considera posible pérdida de la última entidad con peso económico centrada en estas comarcas.
El protocolo de fusión se deberá ahora ratificar por las asambleas extraordinarias que se celebrarán en la primera quincena de enero. Antes, desde Girona se quiere mejorar la representatividad.
La entidad que salga de la fusión será una de las diez mayores de España. Tendrá unos activos cercanos a los 34.000 millones unas 750 oficinas y unos 4.000 empleados. Para facilitar la unión se han pedido unos 500 millones al Frob, que deberán devolver en 5 años.
Quizás para evitar susceptibilidades la sede central de la nueva entidad se repartirá entre las sedes de las cuatro cajas fundadoras, aunque oficialmente la sede de representación estará en Barcelona, en plaça de Catalunya, número 9. Cosa que tampoco ha gustado de Girona. La marca no se conoce aún, pero la denominación oficial será Caixa d’Estalvis Unió de Caixes de Girona, Manlleu, Sabadell i Terrassa.