Bruselas contempla topar el precio del gas europeo si Rusia cierra el grifo
Bruselas seguiría los paso de España y Portugal implantando un precio máximo del gas, aunque solo se activaría en caso de emergencia
La Comisión Europea contempla la posibilidad de establecer un precio máximo al gas en Europa si Rusia decide cortar totalmente el suministro a los países del bloque como consecuencia de la guerra en Ucrania.
La posibilidad está incluida en un informe publicado por el Ejecutivo comunitario este miércoles, de forma paralela con el plan «Repower EU», sobre el funcionamiento del mercado eléctrico y del gas que incluye medidas potenciales en el corto y largo plazo para mejorar su diseño.
El texto recoge que, en caso de «disrupción total» del suministro de gas procedente de Rusia, «podría ser necesario un tope administrativo» de su precio a nivel europeo, aunque la duración estaría «limitada» a la emergencia y «no debería comprometer la capacidad de la UE para atraer fuentes alternativas» de gas y de reducir la demanda.
De hecho, la otra medida de Bruselas en una situación de crisis de ese calibre pasaría por coordinar un plan europeo de disminución de la demanda con, entre otras, acciones «voluntarias» de racionamiento del consumo.
«Con espíritu de solidaridad, los Estados miembros menos afectados podrían reducir su demanda de gas en beneficio de los Estados miembros más afectados», recoge el informe de la Comisión Europea.
Solo en caso de emergencia
No obstante, el precio máximo del gas a nivel europeo solo sería una medida a activar en caso de emergencia, pero fuentes comunitarias dan por sentado que la cotización de este combustible fósil seguirá en niveles elevados durante los próximos meses.
En este escenario, la Comisión Europea apuesta por realizar compras conjuntas de gas entre los Estados miembros con el objetivo de abaratar su precio en los mercados internacionales, además de ampliar de manera temporal los beneficiarios de tarifas reguladas, entre otras medidas.
En cuanto al mercado de la electricidad, el Ejecutivo comunitario sugiere a los gobiernos establecer un gravamen sobre los llamados «beneficios caídos del cielo», extender los precios minoristas regulados para pymes o adoptar medidas similares a la «excepción ibérica» de España y Portugal en regiones con baja interconexión.
Bruselas enumera una serie de opciones para conseguir un funcionamiento «óptimo» del sistema que incluye acciones para proteger a los consumidores de la volatilidad de precios, impulsar el autoconsumo de energía, aportar señales «adecuadas» de inversión o mejorar la transparencia del mercado.