Becarios: esto es lo que te retienen por hacer prácticas
Aunque sean contratos en prácticas, todas las empresas realizan una retención del IRPF, Seguridad Social y otros cargos
Todos los contratos de becarios tienen retenciones del IRPF. Foto Canvas
Todos los trabajadores en relación de dependencia tienen retenciones sobre su nómina, y los becarios no son la excepción.
Esto se debe porque los contratos que firman con las empresas son considerados como rendimientos del trabajo, y tienen que tributar los correspondientes impuestos y gestionar los pagos de la Seguridad Social.
Es cierto que los contratos de prácticas tienen una duración más breve que los comunes, ya que suelen durar menos de un año.
Su objetivo es que alumnos de carrera de grado o postgrado puedan formarse en un trabajo, que vayan adquiriendo experiencia laboral mientras van desarrollando diversas funciones.
Becarios: esto es lo que te retienen por hacer prácticas
En un contrato de prácticas, la retención habitual es del 2%, siempre que este tenga una duración menor a un año.
Si el becario tiene menos de 25 años, no llega a los 22.000 euros de ingresos y vive con sus padres probablemente no le convenga realizar la declaración de la Renta
Si el trabajador es un becario que tiene hijos o su cónyuge no tiene rentas superiores a los 1.500 euros, tendrán un mínimo exento.
La declaración de la Renta
Los contribuyentes que tengan rendimientos del trabajo inferiores a los 22.000 euros anuales de un solo pagador no tienen la obligación de realizar la declaración de la Renta.
Pero si cuenta con dos pagadores, ese límite desciende hasta los 15.000 euros.
Sin embargo, si hay más dos pagadores, y los ingresos obtenidos entre este y los restantes no superan los 1.500 euros al año, el límite para la declaración vuelve a los 22.000 euros brutos anuales.
¿Y si se vive con los padres?
Si el becario tiene menos de 25 años y está dentro de esos límites quizás no convenga realizar la declaración de la Renta; porque en caso de convivir con los padres, estos tienen derecho a una reducción fiscal por hijo que quizás sea mayor que lo poco que se puede reintegrar del IRPF.
