BBVA: el apoyo de los grandes fondos de inversión tiene un precio
Carlos Torres consigue el respaldo de los inversores institucionales a la espera de la resolución del caso FG-Villarejo
Carlos Torres consiguió el respaldo del 98% de los accionistas de BBVA para continuar al frente del banco. La renuncia, temporal, de Francisco González como presidente de honor de la entidad y de su fundación allanó el camino del primer examen del nuevo presidente de la entidad.
Su discurso, de 25 folios, es interpretado por los analistas como una patada a seguir, utilizando términos más propios de rugby que de banca. Dentro de unos meses (nadie sabe cuántos) estarán los resultados de qué pasó en la relación entre el banco y Cenyt cuando González estaba al frente de la entidad y José Manuel Villarejo de la “empresa” de servicios.
BBVA tenía a cierre de 2018 902.708 accionistas, que se repartían los más de 6.668 millones de acciones que conforman el capital de la entidad. La práctica totalidad de éste está en manos de accionistas modestos, que no tienen capacidad alguna de influir en las decisiones de los consejos y, menos aún, de la junta de accionistas. Los grandes inversores institucionales, sí.
Son bastantes, pero sólo uno figura en la CNMV al superar el porcentaje legal fijado. Es Blackrock, que tiene el 5,939% del banco. Este capital “silencioso”, que no tiene representantes dominicales en el consejo, ha “firmado” una prórroga de la tregua por el caso Villarejo-FG a cambio de recuperar la rentabilidad perdida en los últimos años.
El pasado viernes, en la junta de accionistas recibió su primera compensación: un incremento del 7% del dividendo en relación con el percibido en el ejercicio anterior. A partir de ahí, de esta cantidad, la dirección de BBVA y los accionistas institucionales pueden estar de acuerdo para el ejercicio en curso. Y puede que en los siguientes.
BBVA: el futuro de Carlos Torres está ligado al caso Villarejo
BBVA ha destinado con cargo a los beneficios de 2018 (5.324 millones de euros) más de 1.733 millones a dividendos. Equivalen al 37% del beneficio total. Es en efectivo y en dos pagos.
El futuro de Torres está ligado a la resolución final del caso Villarejo. La renuncia temporal “voluntaria” de González a la presidencia de honor del banco le da al actual presidente una tregua, pero no un cheque en blanco de los grandes accionistas. Puede acabar “arrastrado”. El informe de la Audiencia Nacional y el de PwC, Garrigues y Uría pueden poner contra las cuerdas a FG. Y por extensión a quien fue durante los últimos años su consejero delegado, Carlos Torres.
Pero Torres guarda un as en la manga. El “pay out”, el porcentaje del beneficio neto que se destina retribuir a los accionistas, está en el 37%. Tiene de margen hasta el 40% para no exceder los riesgos recomendados por el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de España y los principios del banco.
Tres puntos porcentuales de beneficio suponen cerca de 160 millones de euros más para dividendos. Y eso sin “extraordinarios”, que ya le quedan pocos a la entidad. Y menos mal que en lo que va transcurrido de año, los títulos han ganado un 15,91%.
Los grandes inversores no están dispuestos a pagar el precio del descrédito institucional, lo más preciado en el sistema financiero. Es lo que le falta a la banca, siempre en el ojo del huracán de los ciudadanos y del Gobierno.
Los títulos de BBVA van cuesta abajo
En enero de 2000, cuando González llegó a la presidencia de BBVA, las acciones del banco estaban en torno a los 12,50 euros. Para qué hablar del año 1998, cuando, estando FG aún en la presidencia de Argentaria, se pagaban a 20,38 euros.
En los últimos cinco años, el camino que han recorrido los títulos de BBVA ha sido cuesta abajo. En junio de 2014 se pagaban a 13,53 euros y apenas un año y medio después, se podían adquirir por 8,93 euros.
En los últimos párrafos del discurso a los accionistas (25 folios), Torres se comprometió a que BBVA sea “una organización menos jerárquica, más dinámica y orientada a resultados”. Los grandes inversores le han tomado la palabra. Más de uno habló de la destrucción de valor del banco en los últimos años. El “clan de Neguri” aún tiene asuntos pendientes con González por las famosas “cuentas” en paraísos fiscales de las familias que gobernaron el banco casi desde su fundación.
BB (Banco de Bilbao) y BV (Banco de Vizcaya) protagonizaron la primera gran fusión de la banca española en 1988, hace 31 años. Banco Santander era entonces un banco de provincia. Así lo reconoció en su momento Emilio Botín.
Hoy, las cosas han cambiado mucho. A cierre del mercado el pasado viernes, tras la junta, BBVA tenía una capitalización bursátil de 35.827 millones de euros, con las acciones a 5,373 euros. El Santander, 71.141 millones.