La confianza de los consumidores se estabiliza en Barcelona mientras la estatal cae
La ciudad mantiene constante el indicador que describe la percepción de la economía, por encima del 85 desde 2021
Barcelona no teme una caída del consumo. Mientras que el Índice de confianza de los consumidores (ICC) de España lleva descendiendo desde mediados de 2021, los barceloneses se muestran más optimistas y han mantenido al alza el indicador que mide la intención de gasto y la percepción de la economía en un territorio. La capital catalana ha conseguido estabilizar este dato en más de 85 puntos desde principios de 2021, si bien la media estatal se redujo drásticamente entre mediados de 2021 y de 2022.
Economía Digital dedica la sexta y última entrega de la serie ‘Examen Económico a la Barcelona de Colau’ a analizar cómo ha evolucionado el Índice de confianza de los consumidores. Este indicador empezó a descender lentamente en 2018, tras avanzar favorablemente en los años anteriores, según un informe de la Oficina Municipal de Datos del Ayuntamiento. Tanto en la ciudad como en el resto del país, inició una tendencia descendente más abrupta en el segundo semestre del año 2019. Concretamente, pasó de superar los 110 puntos en la ciudad y los 100 en todo el estado a descender hasta los 70 y 60 respectivamente un año después. En ambos casos, supuso un caida de 40 puntos.
El inicio de la pandemia aceleró las perspectivas negativas de los consumidores, que se mantuvieron estancadas el resto del año 2020. A partir de 2021, Barcelona y el resto de España empiezan caminos diferentes. En ambos casos, la confianza de los consumidores escaló de forma casi vertical hasta alcanzar los 100 puntos en junio de ese año. Sin embargo, la incertidumbre económica generada todavía por la pandemia y por las primeras subidas de precios de la energía, rompió la tendencia al alza en España, mientras que se mantuvo estable en Barcelona.
En este sentido, los barceloneses se mostraron más positivos al desarrollo económico de su ciudad, dejando el ICC en un 100 hasta junio de 2022. No obstante, bajó hasta un 88,8 en diciembre de 2022, el dato más reciente. Por el contrario, la percepción de los consumidores a nivel estatal decayó 45 puntos hasta quedarse en un 65 en junio de 2022. Creció ligeramente en diciembre de 2022, hasta los 68 puntos.
Barcelona gana ventaja
De esta forma, Barcelona le sacaba 20 puntos de ventaja al resto del estado en lo que el ICC respecta a cierre de 2022. Antes de la pandemia, la diferencia era más estrecha, de unos 10 puntos.
Los datos más actuales de la capital catalana se quedan en diciembre de 2022, ya que el consistorio los actualiza cada seis meses. Sin embargo, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ya ha hecho públicas estas estimaciones para el primer trimestre del 2023. La confianza de los consumidores continuó el alza positiva iniciada en diciembre y alcanzó los 73 puntos en enero, pero volvió a reducirse tanto en febrero como en marzo hasta los 71,6 y los 67,4 puntos respectivamente.
El Índice de confianza del consumidor es una media aritmética entre tres índices: la economía de los hogares, del territorio de referencia y del mercado laboral. En diciembre, cuando el ICC volvió a bajar en Barcelona, los tres componentes siguieron una dinámica similar, pero con una disminución notable del índice de mercado de trabajo, tras registrar un pico en junio de 2022. El índice de economía de la ciudad se quedó en un 79,9, una caída de 10 puntos, mientras que la economía de los hogares bajó siete puntos, hasta un 89,5.
Los datos municipales también desglosan estos tres componentes en la valoración de la situación actual y de las expectativas futuras. En este sentido, las expectativas descendieron de forma más notable que la situación actual. Por ejemplo, en el índice de economía de la ciudad y de la economía de los hogares, en ambos casos hubo una evolución diferenciada entre el valor de la situación actual y de las expectativas futuras, de 38 puntos en la economía de los hogares y de 42 en el de la ciudad.