Estos son los autónomos más perjudicados con la reforma de Escrivá
La reforma perjudica la economía de los autónomos, que están obligados a facturar cada vez más para aliviar la carga fiscal
La última reforma de las pensiones impulsada por el ministro de Seguridad Social José Luis Escrivá tiene una serie de consecuencias para los autónomos, que ven cada vez más difícil poder pagar sus cuotas en medio de un contexto económico marcado por la inflación y la pérdida de poder adquisitivo.
En el caso los trabajadores por cuenta propia tienen una desventaja comparativa frente a los empleados por cuenta ajena, ya que los primeros tienen que asumir una serie de gastos para desarrollar su actividad, como conexión a internet, teléfono, transporte y otros suministros.
Las cuotas en un plazo cercano “casi se duplicarán, hasta rondar los 6.500 euros de media frente a los 3.600 actuales”, indica un artículo en Merca2.
Pérdida de autónomos
El dilema al que se enfrenta el sistema previsional es que en 2032 se espera tener ingresos por 9.000 millones de euros pero siempre y cuando se mantenga el número de 3,08 millones de autónomos que hay en la actualidad; cifra difícil de conservar si sigue la tendencia de reducirse su número: en 2016, había 3,31 millones de trabajadores por cuenta propia.
Alrededor del 50% de los ingresos de los autónomos se destinan a pagar impuestos y seguros
La presión fiscal
Además de la cuota mínima de 298 euros, hay que añadir el IRPF de las facturas y el IVA, donde la Agencia Tributaria obliga a tributar por las facturas emitidas y no por las cobradas. O sea: el autónomo se hace cargo de las deudas que tienen con él.
Otras desventajas de los autónomos son los menores beneficios sociales respecto a los asalariados, que cuentan con seguro del paro, bajas remuneradas y vacaciones pagas.
Y sin olvidar que el salario mínimo es de 1.080 euros mensuales, más allá de lo que facture la empresa en que trabaja.
En el caso de los autónomos, el 50% de sus ingresos se destina a impuestos y seguros, o sea, tendría que sumar unos 2.000 euros brutos mensuales para llegar al salario mínimo. Y sin contar con los gastos propios de su actividad.
En el lado positivo de las reformas impulsadas por Escrivá, se encuentra que los autónomos pueden realizar hasta seis cambios en la cuota de la cotización (una cada dos meses) según los ingresos reales o futuros.
La otra es el sistema de tramos que les permite calcular las cuotas, para adaptarla a la presión fiscal de las empresas.