Así será el mundo después de la pandemia: más gasto y nuevos negocios
La historia de la guerra y las pandemias adelanta un hipotético escenario económico después de la crisis de la Covid-19
La aparición del coronavirus y su conversión en pandemia ha dado lugar a una situación histórica, con un enorme impacto a todos los niveles, desde la influencia económica hasta el coste en vidas, con más de 3 millones de muertes.
A pesar de su carácter excepcional, no se trata de un caso único. El ser humano se han enfrentado a otras pandemias, epidemias y enfermedades endémicas a lo largo de los siglos, como el ébola, la gripe de 1918, la peste negra y la viruela.
Si se echa la vista atrás y se analizan esas épocas, la historia enseña que las pandemias sí pueden terminar, pero que no lo hacen de forma repentina, definitiva y clara: las enfermedades raramente quedan erradicadas del todo (solo con la viruela se ha conseguido), y nunca en todas partes y de la misma manera a la vez.
Pero, ¿Qué pasa una vez se supera una pandemia o, al menos, se reduce su impacto insostenible? ¿Cómo podría ser el mundo después del COVID-19? De nuevo la historia puede ofrecer algunos aprendizajes y puntos en común.
A nivel económico, el 2020, ya conocido como «el año de la pandemia», ha supuesto un fuerte impacto sobre los países del mundo. España ha cerrado el año con el peor nivel de déficit y una de las deudas más altas de la Unión Europea.
Con estas cifras se sitúa por encima de la media en ambos casos, pero el golpe ha sido para casi todos: el promedio en los Veintisiete supone un 6,9% de déficit y una deuda del 90,7% del PIB (Producto Interior Bruto).
2021, según pronósticos del FMI (Fondo Monetario Internacional), supondrá un crecimiento del PIB de entre el 3% y el 7% en las 7 principales economías del mundo. España, con un 6,5% de crecimiento previsto, también se encontraría en ese baremo.
Esta aceleración sincronizada es un fenómeno raro que no ha sucedido desde el boom de la posguerra de la década de 1950 (tras la Segunda Guerra Mundial), sostiene The Economist, tras analizar el PIB del G-7 desde 1820.
Sin embargo, la recuperación económica sí puede considerarse una tendencia después de periodos de trastornos no financieros masivos, como guerras y pandemias, explica.
La historia, según recoge el citado medio, ofrece tres lecciones después de este tipo de eventos:
1. Ahorro durante las pandemias; después, gasto, pero sin derroche
Los límites y restricciones, el teletrabajo, la incertidumbre laboral y económica y una mentalidad de previsión son algunos factores que han influido para que la población, voluntaria y conscientemente o no, haya apostado por el ahorro durante esta pandemia por coronavirus.
Así ha sido también durante anteriores pandemias, como la viruela o la gripe de 1918, con tasas de ahorro que se incrementaban (incluso duplicaban) en países diferentes como Estados Unidos, Reino Unido o Japón.
Una vez superada, la población intenta recuperar la vida normal y aumenta el volumen de gastos. Pero no hay que imaginarse derroches y descontrol: «El comportamiento cauteloso de los consumidores puede ser una de las razones por las que hay poca evidencia histórica de aumentos repentinos de la inflación inducidos por una pandemia», analiza The Economist.
2. Nuevos modelos de negocio, más riesgos
El COVID-19 ha llevado a muchos negocios a cerrar, pero también a otros a reinventarse. Las empresas y los trabajadores, por su parte, se han apoyado en las nuevas tecnologías para superar las distancias y los obstáculos.
La historia recoge varios ejemplos de apuestas por el riesgo y nuevas opciones después de una pandemia.
Los historiadores creen que la peste negra hizo que los europeos fueran más aventureros, informa este medio. Además, cita un estudio para la Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos, publicado en 1948: según este, el número de nuevas empresas creadas se disparó a partir de 1919, tras la también conocida como «gripe española» de un año antes.
Además, la tecnología también ha cobrado protagonismo después de las pandemias. «Los eventos pandémicos aceleran la adopción de robots, especialmente cuando el impacto en la salud es severo y está asociado con una recesión económica significativa», según un análisis de investigadores del FMI sobre varios brotes recientes de enfermedades, incluidos el ébola y el SARS.
A pesar de ello, a las personas trabajadoras les suele ir mejor tras las pandemias, con tendencia de subidas en los salarios, de acuerdo con un artículo del Banco de la Reserva Federal de San Francisco.
3. Cambios sociales y políticos
No solo la economía se ve afectada para mal durante una pandemia, ni de forma positiva una vez superada o controlada esta. Su impacto y su posterior ausencia también influyen de manera destacada sobre la sociedad que, a su vez, puede alterar la política o la economía.
Como se aprecia en las cifras económicas de 2020 antes mencionadas, los gobiernos han reducido en parte su preocupación por los niveles de deudas y han intentado buscar salidas a problemas como una economía golpeada o altos índices de desempleo, con medidas como los ERTE, las prórrogas para autónomos y contratos de alquiler y otras ayudas en España.
Además, las pandemias exponen e incluso acentúan las desigualdades sociales, lo que puede conducir a un mayor malestar social. De hecho, este ha sido el efecto de cinco pandemias, incluidas la del ébola, SARS y Zika, según una investigación del FMI realizada en 133 países desde 2001.
«Es razonable esperar que, a medida que la pandemia se desvanezca, los disturbios puedan reaparecer en lugares donde existían anteriormente», y el malestar social puede alcanzar su punto máximo 2 años después de que finalice esta, de acuerdo con el documento, recogido por The Economist.
Noticia original: Business Insider
Autor: Carlos Galán Feced