La ANC aprovecha la reforma laboral para impulsar sindicatos y patronales independentistas
La organización independentista, que acumula un sinfín de fracasos en el ámbito laboral y empresarial, arremete contra "los principales actores del Régimen del 78" por negarse a transferir los ERTE y los convenios laborales a la Generalitat, y hace un llamado para engrosar las filas de la Intersindical-CSC y Eines de País
La ANC no desaprovecha oportunidad para infiltrarse en espacios clave de la sociedad catalana. Ya consiguió victorias en el campo universitario –Elisenda Paluzie cerró filas con el actual rector de la UB, Joan Guàrdia–, pero hay un sector que todavía se le resiste: los sindicatos y las patronales. La entidad quiere aprovechar el mal sabor de la reforma laboral de Yolanda Díaz para impulsar patronales y sindicatos independentistas, lo que amenaza con extender sus tesis en el ámbito del trabajo.
El objetivo de la ANC es desprestigiar a los sindicatos mayoritarios –CCOO y UGT–, y también a la CEOE y los partidos del Gobierno por el acuerdo alcanzado en la reforma laboral, a los que define como «los principales actores del Régimen del 78«, y hacer que sus satélites independentistas se perciban como única alternativa para defender sus intereses.
Desde la entidad independentista califican de «perjudicial para las trabajadoras, trabajadores y empresariado catalán» una reforma que da prevalencia a los convenios colectivos de ámbito estatal sobre los autonómicos, una de las cuestiones que el PNV quería evitar para fortalecerse en Euskadi, aunque con escaso éxito.
La Asamblea considera que la norma impulsada por Podemos «condena a la irrelevancia» los convenios dentro del marco autonómico e «impide que puedan crecer siendo útiles»: «En consecuencia, dificulta enormemente tener actores económicos y sociales mayoritarios que estén al lado del proceso de liberación nacional y de ruptura con el Estado».
La ANC quiere controlar los ERTE ante «una situación peor que la de 2017»
No es lo único que la ANC aprovecha para intentar dar alas a sus sindicatos y patronales satélite. También, insiste en que los ERTE deberían estar en manos catalanas, en lugar de seguir gestionados como una competencia de Estado, algo que pone en peligro los planes de secesión unilateral que impulsan desde la organización.
«Nos debilita ante una hipotética y probable situación peor de la que vivimos en 2017», cuando grandes empresas huyeron de Cataluña ante el desafío independentista y la inestabilidad económica que generó. Aseguran que esta situación permitiría al Estado «fomentar» la destrucción de lugares de trabajo en Cataluña.
Y es en este contexto que la ANC aprovecha para vender su proyecto de Eines de País, un plan de infiltración en el mundo laboral y patronal a partir del apoyo a La Intersindical-CSC, el sindicato amarillo a favor de la secesión, y la patronal Anem per Feina, que agrupa a ejecutivos alineados con el procés.
Aunque el mundo del trabajo se resiste a la ANC. UGT y CCOO siguen siendo los sindicatos más grandes de Cataluña, con una Intersindical-CSC que pincha. Por ejemplo, en las últimas elecciones del Institut Català de la Salut (ICS), fue Metges de Catalunya –una organización gremial– quien ganó, seguido de CCOO, UGT y Satse –el especializado en enfermería–. El independentista fue el decimotercero, solo por delante de USITAC.
Un patrón similar se puede ver en las elecciones de 2019 de la Diputación de Barcelona. La Intersindical quedó tercera con seis representantes, frente a CCOO y UGT, que ganaron los comicios con diez y nueve portavoces respectivamente. Ni siquiera entre los funcionarios de la Generalitat pudo imponerse, al quedar segunda por detrás de la organización autonómica AC-CATAC.
El fracaso del independentismo con PIMEC y el ICAB
No ha corrido mejor suerte en el mundo empresarial. Aunque consiguió imponerse en las elecciones a la Cambra de Comerç de Barcelona, donde el polémico Joan Canadell –actualmente diputado del ala dura de Junts per Catalunya– cogió el testigo a Miquel Valls (que fue una figura económica muy hostil a las tesis independentistas y al Govern) ha tenido sonoros fracasos.
Uno de ellos fue el intento de asaltar la patronal PIMEC, donde la ANC no consiguió imponerse –apoyando a Pere Barrios– al actual presidente, Antoni Cañete. La conquista de una de las principales organizaciones empresariales de Cataluña habría sido un gran logro en sus objetivos de infiltración en espacios de poder, puesto que busca controlar todos los espacios de la sociedad.
Tampoco en los colegios profesionales clave el independentismo ha tenido grandes éxitos. En el Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB), Maria Eugènia Gay –ahora Delegada del Gobierno en Cataluña sustituyendo a Teresa Cunillera– se impuso a la candidatura de Gonçal Oliveros, próxima a los defensores de la ruptura con el resto de España.