Ana Botín: no creo que nos merezcamos un impuesto específico
El Banco Santander adelanta un año su objetivo de solvencia y se compromete a mejorar sus resultados los próximos tres ejercicios
Banco Santander ha aprovechado la presentación de resultados de 2019 para completar y dar más visibilidad a su plan estratégico, que fue presentado en abril del año pasado, y que no marcaba una ruta específica ni en materia de crecimiento de los resultados, ni tampoco en objetivos de dividendo.
Este jueves, la entidad ha adelantado un año su objetivo de solvencia –ahora espera llegar al CET 1 Fully Loaded del 12% en 2020-; frente al 11,3% con el que cerró 2019. El banco generó el año pasado 97 puntos básicos de capital, de los que los costes regulatorios se comieron 62. El mercado estaba pidiendo visibilidad al banco sobre su solvencia, y lo venían como uno de sus principales puntos débiles, por lo que el compromiso de cara a 2020 ha sido muy bien acogido por los inversores. Además, Banco Santander ha dado a conocer una guía para los próximos tres años, en los que fija una trayectoria de crecimiento anual.
En este sentido, el banco se ha comprometido a que el beneficio por acción (bpa) crezca a un ritmo de “high single digit”. Este compromiso deja la puerta abierta a que el crecimiento los próximos tres años ronde supere el 5%, pero se quede por debajo del 10%, pero teniendo en cuenta el que le corresponde a cada título, por lo que esquivaría las posibles ampliaciones de capital que se deban afrontar para pagar la parte del dividendo en scrip (el que paga en acciones).
En cuanto a la política de retribución, el banco espera mantener un crecimiento del dividendo en línea con la evolución del beneficio ordinario; es decir, imitar el mismo modelo que el que se desprende de los resultados de 2019. Aunque el beneficio fue un 17% menor que el de 2018, la entidad abonará un dividendo un 3% mayor, que es lo que creció su beneficio ordinario -descontando cargos extraordinarios como la pérdida de valor de su filial en Reino Unido-, el año pasado.
Botín, asimismo, mantuvo exactamente el mismo discurso de José Antonio Álvarez, consejero delegado del banco, sobre nuevas adquisiciones: no se contemplan. Aunque los supervisores siguen alentando al sector financiero a que se integre para crear grupos más fuertes (especialmente el Banco Central Europeo) las diferencias legales entre países y que no se haya concluido la unión bancaria, están frenando las integraciones.
Algo en lo que coincide Botín, que señaló que existen muchas barreras en Europa para que se puedan impulsar procesos de este tipo. En concreto, la presidenta del Banco Santander se refirió a las diferencias regulatorias en materia de capital, que es especialmente dañino en el caso de la banca española. El sector lleva años luchando contra el mantra de que se coloca a la cola en solvencia de Europa y explicando que sus modelos de cálculo de capital no son los mismos. Ana Botín explicó que eso suponía que comprar una entidad extranjera, cuando se integraba en un banco español, suponía verse obligados a asumir un sobrecoste en capital.
Respecto a su última gran adquisición, la de Banco Popular, el banco no habría conseguido que fuera aditivo en beneficio por acción este año, tal como avanzó en la compra. Botín reconoció que el grupo se habría equivocado con el momento del ciclo en el que afrontó la adquisición -los tipos negativos han aumentado en los últimos años-, y retrasó a 2020 o 2021 la aportación positiva del banco al grupo.
España, no obstante, fue la segunda economía por aportación de beneficios al grupo, solamente por detrás de Brasil.
Consenso en la reforma laboral
Preguntada por la formación de un nuevo gobierno en España, Ana Botín señaló que el grupo trabajaba con todos los ejecutivos y pidió consenso de cara a los cambios en la reforma laboral, que contempla el gobierno de coaliación del PSOE-Unidas Podemos. Botín fue optimista con los avances, ya que selaño que sí venía avances en esta manteria, haciendo referencia al acuerdo entre sindicatos y empresarios para pactar la subida del SMI. “Tenemos que pensar qué mercado laboral queremos tener en 2025”, afirmó, y pidió que se valoraran bien los efectos de los posibles cambios en las empresas y, en especial, en los pequeños empresarios.
Su discurso estuvo muy en línea con el que mantuvo un día antes el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, al pedir que se midieran los pasos a dar, ya que la reforma laboral había ayudado a que la economía española ahora fuera capaz de crear empleo con una tasa de crecimiento del PIB inferior al 2%.
Respecto a la posible subida de impuestos pactada por el PSOE-Unidas Podemos, la presidenta del Santander señaló que el banco cuenta con una tasa efectiva del 35% «de las más altas entre nuestros comparables», y afirmó que no creía que en este momento, fuera “justo” aplicar un impuesto específico sobre el sector. El impuesto específico para la banca se ha quedado fuera de las propuestas impositivas del ejecutivo, pero es una demanda de la formación que lidera Pablo Iglesias.
Como ha defendido en otras ocasiones el consejero delegado del banco, José Antonio Álvarez, la presidenta rechazó la no exención en el caso de repatriación de los beneficios. “Hay que pagar por todo lo que es justo y no deberíamos tributar dos veces por lo mismo. Si pago en Brasil no debería pagar en España”, apuntó.
Una de las propuestas incluidas en el pacto entre Podemos y PSOE es eliminar la exención total en la importación de dividendos desde el extranjero, que el banco ha consignado como un riesgo en su documentación para inversores.
No obstante, Ana Botín sí que parece que se inclina a que se cree la que se conoce como ‘tasa Google’. La primera ejecutiva del Santander insistió en que el sistema impositivo actual está obsoleto porque no responde a un modelo digital, lo que permite a ciertas empresas aprovecharlo en su beneficio.
La presidenta del Santander ha pedido en numerosas ocasiones que las grandes tecnológicos, en lo que se refiere a ciertas regulaciones como la cesión de datos de sus clientes, tuvieran un trato igualitario respecto a la banca, que, tras la entrada en vigor de la Directiva PSD2 deben compartir los datos de sus usuarios si estos lo validan.
En cuanto al Brexit, y después de que los ajustes en el Reino Unido hayan pasado factura a sus resultados en 2019, señaló que la entidad está preparada para la salida, y cuenta con un plan de contingencia para lo que pueda suceder a partir de ahora. Está previsto que se active el brexit este viernes.