La alternativa al préstamo bancario: la pignoración de un bien
Te explicamos en qué consiste pignorar un préstamo personal y cuál es la diferencia con las hipotecas
Conocer la terminología bancaria es fundamental para cuidar tus ahorros y saber en qué ámbitos puedes manejar tu dinero. Contrapestación, comisión de disponibilidad, crédito descubierto, garantía adicional… algunos de estos conceptos pueden generar confusión. Y uno de los que más es la pignoración de un bien. Te explicamos en qué consiste:
Cuando solicitas un préstamo, por ejemplo, una hipoteca, ofreces tu garantía personal para responder por su devolución. Esto quiere decir que respondes con todo tu patrimonio, presente o futuro. En algunos casos, la entidad bancaria o el prestamista puede solicitarte una garantía adicional para concederte el dinero. A esto nos referimos al hablar de la pignoración de un bien.
Banco Santander explica en su bloque que se trata de dejar como garantía de que vas a cumplir tu obligación, uno o varios activos físicos o financieros: un vehículo, un depósito bancario, acciones… Puedes hacerlo tú, como titular del préstamo, o un tercero, que en vez de ejercer como avalista, pignora un bien de su propiedad, limitando así su riesgo.
En definitiva, pignorar un préstamo significa garantizar la devolución del dinero que nos ha sido prestado dejando un bien en prenda.
¿Pignorar un préstamo o solicitarlo con garantía hipotecaria?
Un préstamo con garantía pignoraticia en vez de recurrir a un préstamo con garantía hipotecaria (donde el pago está garantizado por el valor del inmueble) resulta más barato contratarlo, ya que no hay que pagar gastos como los de tasación o gestoría. En un préstamo con pignoración solamente tendrías que acudir al notario a documentar en escritura pública o en póliza intervenida por notario la operación.
Asimismo, al presentar un bien pignorado como garantía adicional de pago, pudieras tener acceso a más capital o un tipo de interés más competitivo.
Diferencias con la hipoteca
A diferencia de una hipoteca, en la que puedes seguir utilizando el bien inmueble hipotecado mientras la estás pagando, al pignorar un préstamo el bien pignorado puede pasar a manos del acreedor, y no puedes disponer de su uso durante la vida del préstamo. Eso sí, si se trata de un activo financiero, como por ejemplo unas acciones o un fondo de inversión, puede seguir generándote rentabilidad.
¿Qué pasa si pignoras un préstamo y dejas de pagarlo?
En caso de que dejes de pagar las cuotas del préstamo con garantía pignoraticia, el banco puede ejecutar su derecho a quedarse con el bien pignorado y recobrar así su dinero. Si es un bien físico, lo sacaría a subasta pública, mientras que si es un activo financiero, puede ejecutarlo para recuperar el capital prestado (por ejemplo, si son acciones, las venderá, y si son participaciones de un fondo, las liquidará).