La Airef rebaja el PIB al 2% en 2023, siete décimas por debajo de la previsión de Calviño
El organismo ha rebajado del 3,3% al 2% el crecimiento para la economía española del próximo año
La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha rebajado aún más sus previsiones de crecimiento de la economía española para 2023, hasta un 2%, una cifra que queda lejos de la previsión publicada en el mes de mayo, que era del 3,3%. Además, esta cifra que notablemente por debajo de las previsiones que acaba de realizar la vicepresidenta económica, Nadia Calviño.
La AIReF ha publicado este viernes un informe en el que constata que se dan las circunstancias para mantener suspendidas las reglas fiscales nacionales en 2023, una medida que el Gobierno va a llevar al Congreso de los Diputados y que supone que no habrá objetivos vinculantes de déficit para los subsectores de la Administración.
En el informe, la Autoridad también constata que «se están materializando algunos de los riesgos» apuntados en mayo, por lo que rebaja su estimación de crecimiento para 2023 hasta el 2 %, siete décimas por debajo de lo que espera el Gobierno (2,7%), después de que la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, presentara la semana pasada las nuevas previsiones macroeconómicas actualizadas. Así mismo, la Autoridad Fiscal y eleva por encima del 3 % su previsión de inflación para el próximo año.
Estrategia fiscal nacional
A pesar de ello, la AIReF advierte de la «vulnerabilidad» asociada a un elevado nivel de déficit y deuda, por lo que insiste en la necesidad de elaborar un plan de reequilibrio y una estrategia fiscal nacional a medio plazo.
En concreto, la AIReF alude a la crisis energética, con cortes parciales de suministro de gas ruso, y la continua alza de la inflación, así como al endurecimiento de la política monetaria y a la contracción de la capacidad de compra de los hogares en un contexto en que los márgenes de ahorro se han reducido.
Este escenario no contempla un corte total de suministro de gas ruso, una posibilidad que de producirse exigiría un racionamiento del uso de la electricidad en algunos países europeos y supondría «un cambio drástico en las perspectivas de crecimiento para 2023«, advierte.