Ahorro energético: esta debe ser la temperatura exacta de tu frigorífico
Establecer la temperatura idónea en electrodomésticos como el frigorífico es crucial para ahorrar en la factura de la electricidad
Con los elevados precios de la energía, cada vez son más los usuarios que prestan una mayor atención a los recibos de los suministros y buscan maneras para ahorrar en el importe de las mismas. De hecho, el precio promedio de la luz para los clientes de tarifa regulada vinculados al mercado mayorista sube este viernes un 24%, hasta situarse en los 105,85 euros por megavatio hora (MWh), según los datos provisionales del Operador del Mercado Ibérico de Energía (OMIE).
Una de las claves para ahorrar energía son los electrodomésticos. Y es que, adquiriendo algunos hábitos en el uso de estos aparatos es posible reducir el importe de los recibos de la electricidad. Precisamente, el frigorífico es uno de los electrodomésticos con los que más atención hay que poner para evitar derrochar energía.
Por ello, se recomienda no fijar la temperatura de la nevera menos de lo necesario para evitar que el consumo y, consecuentemente, la factura de la luz, crezca de forma desorbitada. En concreto, la temperatura idónea para el frigorífico sería entre 5 y 7 grados. En el caso del congelador, se aconseja fijar la temperatura entre los -16 y -18 grados.
Pues, situar la temperatura del frigorífico y el congelador por debajo de estas horquillas únicamente contribuiría a engordar el importe de los suministros, ya que no comporta una mayor conservación de los alimentos. Al contrario, los electrodomésticos requerirán de más electricidad para mantenerse en esos grados.
Mantener la temperatura
Un factor esencial a la hora de ahorrar energía con el frigorífico es mantener la temperatura. De nada sirve establecer una temperatura para gastar menos luz, si después se desperdicia energía con pequeños gestos. En este sentido, contribuye tratar de abrir lo mínimo la puerta de la nevera, ya que cada vez que se realiza este gesto, el electrodoméstico se debe volver a enfriar y gastar más electricidad.
También contribuye tener un frigorífico repleto de alimentos, puesto que de esta manera se evita que entre aire caliente. Dado que los productos fríos rechazan el aire caliente, se favorece que el compresor de aire tarde más en conectarse y se ahorre en electricidad.