El presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, y sus 21 vicepresidentes mantendrán una reunión el lunes para analizar los detalles de la huelga general del pasado 29 septiembre, según informaron fuentes de la patronal. Durante la sesión se tratarán temas como el seguimiento del paro, el cumplimiento de los servicios mínimos o las incidencias con los piquetes informativos. Las mismas fuentes oficiales aseguraron que en la reunión no se prevé tratar ningún aspecto relacionado con la polémica abierta sobre la idoneidad de Díaz Ferrán para encabezar la CEOE.
Los vicepresidentes, sin embargo, están dispuestos por vez primera a señalarle el camino de salida. “Esta semana tiene que reventar la situación”, asegura uno de ellos. ¿Cómo? Ése es el gran interrogante a despejar en los próximos días. “Para Díaz Ferrán, la CEOE es un seguro. Mientras sea presidente estará protegido. A nadie se le ocurrirá encausarlo ni meter mano en serio en todos los asuntos que se le han ido acumulando alrededor de sus empresas. Por eso no se va, él es quien lo tiene más claro”, relataba esta semana un alto dirigente financiero de la capital española.
Calendario y aspirantes
El calendario es el siguiente: lunes, 3 de octubre, comida con los 21 vicepresidentes; 20 de octubre, reunión de la junta directiva de CEOE; 19 de noviembre, asamblea anual de la CEOE. Aunque Díaz Ferrán no ha hecho el menor gesto de dar un paso atrás, en los pasillos de la organización ha comenzado en serio una campaña electoral soterrada. Tres aspirantes al cargo van recibiendo adhesiones de forma continuada. Son el andaluz Santiago Herrero, presidente de la CEA, el catalán Juan Rosell y el tecnológico Jesús Banegas.
Díaz Ferrán se queja ante sus amigos de que nadie entre sus vicepresidentes ni en la junta directiva de la patronal le ha pedido explícitamente la dimisión. Es consciente incluso de los movimientos discretos que se producen a su alrededor para preparar la sucesión. Rosell, el candidato con más posibilidades de asumir el relevo, ha sido exquisitamente cuidadoso en los últimos meses con el presidente. Sin embargo, todos los consultados dan por hecho que en los próximos días se van a precipitar los acontecimientos ante el hartazgo de las grandes empresas y de una parte importante de las 280 organizaciones que componen la cúpula patronal por la falta de liderazgo claro que se produce en un momento tan determinante para la economía española.
Rosell: doble o nada
El empresario catalán ha empezado la campaña electoral en un doble sentido. El próximo 18 de octubre tendrá que afrontar las elecciones en Foment del Treball. Durante los últimos días su teléfono acumula puntos suficientes para renovar los terminales de todo su equipo. Ha llamado, una por una, a las 170 organizaciones sectoriales y territoriales representadas en la patronal catalana para solicitar su apoyo explícito. Compite contra Joaquim Boixareu, líder de una candidatura en la que los principales muñidores son Antoni Zabalza (Ercros) y Carles Sumarroca (Comsa-Emte). Les acompañan en ese viaje Benito Gómez, de las artes gráficas, y Antoni Marsal, del metal (UPM). Únicamente unas patronales de Sabadell se han decantado claramente por ellos. El resto prefiere malo conocido y, sobre todo, tomar el mando de la CEOE.
El calendario puede favorecer las aspiraciones de Rosell. El empresario catalán podría llegar a la junta directiva de la CEOE del 20 de octubre con la tarjeta de presentación de flamante presidente de Foment del Treball. Esa reunión, que tendrá lugar justo dos días después de las elecciones en la asociación barcelonesa, se antoja crucial para determinar cómo se producirá el relevo de Díaz Ferrán. Un resultado incomodo en Foment, por contra, restaría posibilidades para recuperar el timón de la CEOE que dejó en su día Carles Ferrer Salat. Es el principal argumento electoral de Rosell ante quienes dándole apoyo le piden algún gesto renovador también en Catalunya.
Abierto el melón de la disputa electoral en Foment y fracasado el pacto que impulsaron Joan Gaspart y Antoni Abad, la candidatura alternativa de Boixareu ha hecho llegar mensajes a la opción continuista para recuperar el diálogo. “Las posibilidades están cerradas. En noviembre hay elecciones en la UPM y nos volveremos a ver. Han sido ellos quienes han creado esta situación, ahora tienen que ser consecuentes”, asegura uno de los empresarios que trabaja en defensa de la presidencia de Rosell. “Si quieren más transparencia que concreten en qué. Por ejemplo, que expliquen los créditos que reciben sus empresas de organismos oficiales como el ICF. Si hemos de abrir una nueva etapa, empecemos por ahí”, añade la misma fuente.