El aceite estrecha márgenes un 30% pese a la subida de los precios
Las coste del aceite de oliva ya se incrementaba antes de la guerra. Desde la invasión, los precios en los supermercados se han disparado de la mano del aceite de girasol
Los titulares se los llevó el aceite de girasol, pero la subida de precios fue transversal en toda la categoría con la invasión de Ucrania y la escalada de la inflación. Las grandes cadenas de supermercados ya se ocuparon de limitar la venta del aceite de girasol, pero el aceite de oliva no escapa de los efectos de la guerra. Tanto para el bolsillo de los consumidores como para las empresas.
Con el inicio de la guerra el aceite de oliva sufrió una subida de precios que se situó por encima de 3.400 euros por tonelada en el virgen extra, casi 3.400 en el virgen y más de 3.200 en el lampante. Y es que, la guerra en Ucrania ha acentuado un problema que ya estaba presente debido a las malas previsiones de producción para la próxima campaña, a lo que se le suma el incremento de los costes de producción que han provocado las alzas en la energía y las materias primas.
Deoleo, el líder del sector, aseguraba hace días a Economía Digital que las tensiones sobre el aceite de girasol no repercutirán en el aceite de oliva. «No vemos criticidad de disponibilidad gracias a una cosecha que se está confirmando como superior a la esperada», explica. De este modo, no es de esperar que haya problemas de abastecimiento con el aceite estrella para el consumidor español.
La empresa asegura incluso que no deberían escalar los precios. «Pensamos que, con la cosecha actual y las lluvias que han llegado, los aceites de calidad no deberían subir los precios en el medio plazo», zanja. Sin embargo, la realidad es muy diferente en los supermercados españoles. Mercadona, por ejemplo, admitió que en los últimos meses el precio de su aceite escaló desde los 2,3 euros por botella hasta los 4 euros por botella.
Juan Roig también admitió haber impuesto medidas para evitar el acopio de aceite. Ha impuesto un límite de cinco litros por cliente para tratar de mantener durante el máximo tiempo posible el tensionado stock.
La subida de precios de aceite viene de antes
La escalada de precios viene de antes de al guerra. En el informe anual de Deoleo consta que el aceite subió un 48% en 2021, según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Las categorías más básicas fueron las que más se encarecieron: el lampante (+55,3) subió hasta los 2.967 euros por tonelada y el extravirgen (+32,5%) se elevó hasta los 3.408 euros por tonelada.
A pesar de repercutir la inflación de las materias primas y el precio de la energía en los clientes, la propia Deoleo tuvo que reducir sus márgenes. La empresa recortó un 33% su Ebitda hasta los 48 millones de euros. El margen bruto decayó el 21% por «las subidas significativas de los precios en origen de la materia prima y de los precios de los costes logísticos y de otras materias auxiliares».
Borges, señalada
La subida de precios no es el único frente abierto en el sector. La catalana Borges, una de las grandes de la industria, es una de las empresas españolas que mantiene su presencia en Rusia. No fue eso sí de las señaladas por el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, que se fijó en Porcelanosa, Sercobe y Maxam.
«¿Cómo permitir que los bancos rusos generen beneficios mientras ellos están torturando gente? ¿Cómo permitir que las compañías europeas tengas beneficios mientras destruyen mi país?», lamentó Zelensky en una comparecencia en el Congreso de los Diputados.
Borges dijo en un comunicado que su «presencia en Rusia es meramente comercial, con el único objetivo de abarcar a la población rusa con productos de primera necesidad enfocados al cuidado de la salud. La no comercialización de los mismos provocaría un daño a la población civil , la cual no es la culpable del conflicto existente».