Abogan porqué Cataluña base su competitividad en una estrategia regional
El mercado español sigue siendo clave para la industria catalana
Cataluña ha de cambiar la estrategia seguida hasta ahora para mejorar su competitividad. Esta es una de las conclusiones del estudio sobre la competitividad a Cataluña elaborado por Pankaj Ghemawat y Xavier Vives, por encargo de la escuela de negocios IESE y de la patronal Foment del Treball.
Uno de los elementos que ha llamado más la atención a los redactores del estudio es que la economía catalana no sólo depende en gran manera de las exportaciones si no que tiene en las importaciones un factor clave. Precisamente una parte de la rentabilidad de la economía catalana se basaría en su papel de redistribuidor de productos importados al resto del mercado español.
El trabajo rompe algunos tópicos oficiales sobre la economía catalana. Uno de estos tópicos es que Cataluña habría ya cambiado su tradicional dependencia del mercado interior español y que este mercado habría sido substituido por las exportaciones. Otro elemento a revisar es que la industria de Cataluña tuviese en el sector de la automoción punto más dinámico y que otros sectores como el textil y el alimentario habrían ya cedido su liderazgo. El tercer punto a cuestionar es la política de fomento de clústers, agrupaciones sectoriales de empresas en las que casi se pudiese hacer todo el proceso. Finalmente, se considera que se debe apostar en las empresas más punteras por la Investigación y el Desarrollo, pero esto no debe dejar de mano la parte más importante de las pequeñas y medianas empresas catalanas que sin tener capacidad de realizar investigación, sí que pueden aplicar programas más a la medida de su tamaño y capacidad real, lo que el profesor Ghemawat ha calificado como políticas de renovación.
Entre los sectores más dinámicos de la industria catalana se hallan algunos considerados usualmente como en declive, como el textil, o con menos empuje, como la industria alimentaria. El éxito de estos sectores se debe en buena parte a que tienen en el resto del mercado interior si principal baza.
En el estudio se aboga porqué Cataluña “vuelva a lo esencial” lo que ha de permitir tirar de la economía construyendo sobre su tradición industrial. En este sentido, Vives defiende “cuidar especialmente el segmento de empresas dinámicas activas en el mercado internacional”. Pero además cree que no se deben olvidar los sectores de “tecnología media y baja”, a los que se debería aplicar de políticas de replicación, sustitución de productos y redistribución de bienes productivos.
En lo referido a las iniciativas de desarrollo sectorial de clústers, estos deberían enfocarse desde una perspectiva más amplia centrada en el crecimiento de la productividad, teniendo en cuenta el mercado global, no sólo para vender productos si no para realizar las colaboraciones.
De manera coherente con la importancia que el mercado interior español tiene para la economía catalana, el estudio recomienda una estrategia regional que no sólo sirva, por ejemplo, para colaborar con la Comunidad Valenciana, si no con el Sur de Francia, creando un sólido bloque económico. En este sentido se recuerda que la comunidad valenciana es el primer cliente de Cataluña, Francia el segundo y Aragón en el tercero.
Otra recomendación para mejorar la productividad es fomentar la formación del personal, la transferencia de conocimientos y la competitividad. También se recomiendan medidas que permitan que la asignación de capital vaya a proteger los nuevos sectores y no a los que están actualmente en declive.
Entre los aspectos negativos se destacan las políticas de apoyo a la investigación y el desarrollo, tanto de iniciativa pública como privada, que son elementos a mejorar en la economía catalana y el estudio pone de manifiesto un ejemplo sangrante: los fondos que destinan tanto el sector público como privado catalanes a I D son inferiores a los que dedica al mismo destino la empresa finesa, Nokia.
Otros elementos en el mismo sentido son la petición de mejorara la educación y eliminar las rigideces del mercado de trabajo convirtiendo la protección del desempleo en la protección del trabajo.