La visita infructuosa del ministro de Industria español y el consejero catalán del mismo ramo a la dirección de Volkswagen para interesarse por el futuro de la producción del modelo Q3 de Audi en Martorell ha abierto más incógnitas que certezas en un proceso que hace pender de un hilo miles de puestos de trabajo y de muchas empresas auxiliares y que está resultando lo más parecido a una subasta de ganado.
A la vuelta, sabemos lo mismo que sabíamos y lo mismo que se podía esperar. Volkswagen comunicó al ministro de Industria, Miguel Sebastián, y al conseller de Innovació, Josep Huguet que los trabajadores de Seat deberían congelarse el sueldo durante dos años al tiempo y, a su vez, las administraciones públicas tendrían que incrementar las ayudas previstas para que la planta de Martorell pudiera recibir el modelo Q3.
Los portavoces del ministerio que preside Miguel Sebastián explicaban horas después del encuentro que “hemos trasladado a los sindicatos la información resultante de la reunión”. Lo que está claro es que la delegación española no arrancó ningún posicionamiento del grupo Volkswagen sobre la producción en España del nuevo modelo. Tampoco dijeron cuando desvelarán el enigma: “la respuesta será a corto plazo”, dicen en el ministerio, aunque matizan que “si hubiesen dado un plazo, no lo podríamos revelar”. Palabras más que compromisos.
¿Y qué pasa si finalmente el Q3 no viene a España? En Industria aseguran que se han concedido ayudas a Seat dentro del plan de Innovación del sector del automóvil, ayudas valoradas en, por lo menos, 100 millones de euros y que si estos fondos “no se destinan a los planes de innovación que ha presentado la empresa, o no se darían o tendrían que devolverse”. Y añaden que eso lo saben muy bien en Seat y en Volkswagen. No hacía falta viajar a Alemania para explicar esto, los dirigentes de VW ya lo habían podido leer en los medios españoles desde hace bastantes días.
La versión de la reunión que se da en el departamento de Innovació, Universitats i Indústria de la Generalitat es que “fue bien”. No está mal. En el encuentro, el ministro Sebastián y el conseller Huguet defendieron ante los máximos representantes de Volkswagen y Seat “la competitividad de los centros de producción de la marca española y el esfuerzo comprometido para incrementar, con dinero público, su capacidad en el ámbito de la investigación y el desarrollo (I D)”. Algo que tampoco parece justificar el viaje de tan altos dignatarios.
En este sentido, Sebastián remarcó que Martorell es la factoría más competitiva del grupo en Europa. ¿Lo sabe mejor él que los propietarios del propio grupo? La respuesta de Volkswagen fue constatar que Seat optaba a conseguir fabricar el nuevo modelo antes de la reunión y después del encuentro. En palabras del conseller Huguet “hi ha més blat, peró el sac no està lligat” (el problema está más cerca de la solución) . Parole, parole, parole.
Si se hace caso a los portavoces oficiosos de la consejería, en la reunión de Seat los directivos de la multinacional alemana no dijeron cuando harán pública su decisión “esperábamos que dijesen alguna cosa el miércoles mismo en un comunicado” dicen confidencialmente. No ha sido así.
Horas mas tarde, el conseller Huguet aseguraba en la inauguración del Salón Internacional de Turismo que Volkswagen requiere esfuerzos suplementarios de sindicatos y administraciones. Una información insólita hasta aquel momento.
UGT : «AUDI vende mucho en España»
Desde UGT se remarca que “la plantilla ha hecho todo lo que podía hacer”, en referencia a la decisión de aceptar la congelación de sueldos por un año aprobada después de un polémico proceso que culminó con un referéndum. Josep María Álvarez, secretario general del sindicato en Catalunya , ha dado el primer toque al grupo alemán. Ha recordado que Audi, la marca del consorcio que ha de decidir finalmente si se fabrica o no el nuevo modelo Q3 en Martorell, “tiene en España su segundo mercado en Europa. Sólo se venden más Audis en Alemania”, quien quiera entender, que lo haga. En la cúpula de UGT de Catalunya se cree que “en el algoritmo que ha de dar la solución al problema, los alemanes están sopesando actualmente la importancia del mercado”, afirman. ¡Faltaría más!
CCOO, esfuerzo no reclamado
En Comisiones Obreras de Catalunya anida la visión más crítica del problema: el secretario de acción sindical, Simón Rosado es claro: “ahora es evidente que aquí se planteó una situación falsa”. En su opinión, “nunca Volkswagen exigió una congelación salarial, ni puso condiciones concretas para que se otorgara la producción del nuevo vehículo, aquí se montaron la película y todos, incluida la Generalitat, se pusieron a presionar a la plantilla”, en relación a la decisión de congelación salarial.
No es baladí recordar que CCOO se opuso a vincular la consecución del nuevo coche para Seat a una congelación de salarios. Esta posición resultó vencida en un referéndum con gran participación de la plantilla.
Para Rosado el parámetro que están estudiando los directivos del grupo Volkswagen “es más político que económico, analizan con detalle las repercusiones que puede tener su decisión teniendo en cuenta que Audi tiene en Alemania fábricas que funcionan sólo al 50% de su capacidad. La alternativa no es Martorell o Bratislava, como se había dicho -afirma Rosado-, la alternativa es Alemania o España y ahí pesa poco el elemento económico”.
Rosado echa ahora en cara “que se pusiese énfasis en la reducción de costes cuando nunca lo había planteado Volkswagen”. La decisión será, pues, al margen de elementos monetarios, una mezcla de aspectos que tienen en cuenta desde el mercado de Audi a las repercusiones en política interna de Alemania de la concesión del nuevo producto: “yo creo que si el tema lo tuviese que decidir la dirección clásica de Volkswagen, acabaría viniendo aquí el nuevo coche, pero con Audi no sabe”, y ellos son los que en este caso deciden.