El año de la subida de la luz culmina con una factura de 950 euros, un 41% más

La crisis internacional del gas y las medidas fiscales del Gobierno marcan un 2021 que ha cerrado con la luz en 140 euros por megavatio hora (MWh)

En la imagen, un grupo de personas reúne sus facturas del año para protestar en Santiago de Compostela. EFE/Xoán Rey.

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España cierra el año negro de la crisis energética. La escalada de los precios de la luz en los primeros compases de enero con el paso de la borrasca Filomena fue solo un anticipo de lo que vendría después. En el arranque del verano, el ‘pool’ se descontroló superando todos sus registros históricos y, desde entonces, no ha parado de crecer. El resultado ha sido la factura más cara de todos los tiempos, a pesar de los esfuerzos fiscales para tratar de amortiguar la subida de los costes.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha calculado que en el cómputo del último año un hogar medio ha pagado 949 euros en total por sus recibos eléctricos. El desembolso representa un 41% más que en el ejercicio anterior, cuando la factura se quedó en los 675 euros para los clientes que tienen contratada una tarifa regulada PVPC.

Detrás de este fenómeno, está una subida exponencial del coste de la energía en el mercado ibérico que ha tocado su techo en diciembre. En el último mes del año, el recibo ha alcanzado una media de 119 euros, lo que lo coloca como el más cara de la historia. En el mismo periodo de 2020, la factura rondó los 61 euros de media. Es prácticamente la mitad.

Evolución de la factura de la luz en los últimos dos años. Fuente: OCU

La factura se ha descontrolado a pesar de las medidas de emergencia que ha desplegado el Gobierno para evitar que el incremento de los precios del mercado se trasladasen a los consumidores. Hasta en tres ocasiones ha puesto en marcha el Ministerio de Transición Económica medidas adicionales. La rebaja fiscal del IVA que grava la factura, los recortes en los beneficios extraordinarios de las eléctricas o la reducción de cargos adicionales son sus tres caballos de batalla.

Las medidas han supuesto un impacto de 4.000 millones de euros para las arcas públicas en el segundo tramo del año, mientras que la prolongación hasta al menos el 30 de abril anticipa un impacto de otros 2.000 millones, según las cifras que maneja el Ejecutivo. No será hasta la primavera cuando los analistas esperan que la escalada del precio de la luz comience a remitir a nivel internacional.

Con este paquete de medidas prometió el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que la factura de la luz acabaría en el 2021 en un precio equivalente a la del 2018. Sin embargo, en su balance anual ya reconoció que la medida no alcanzaría al 30% de los contratos que se encuentran vinculados a una tarifa regulada (PVPC). Solo se situarán en ese umbral los que se acogen al mercado libre.

El ‘pool’ eléctrico se descontrola en un año: de 48 a 140 euros por MWh

El aumento de la luz está directamente vinculado al precio que marca el mercado mayorista y que ha acaparado titulares día tras día en los momentos más críticos de la crisis energética. El coste de la energía ha alcanzado este 31 de diciembre los 140 euros por megavatio hora (MWh), lo que supone más del triple que los 48,66 euros con los que se despidió el último día del año en el 2020.

La frase ‘nuevo récord de la luz’ se ha convertido en un mantra habitual entre los medios de comunicación. Solo en el mes de diciembre se ha llegado a romper el techo hasta en siete ocasiones diferentes. La escalada sin precedentes no se paralizó hasta la llegada de la Nochebuena, cuando desciende notablemente el consumo industrial. Una tregua por Navidad.

El último mes del año también ha roto otra barrera histórica: la de los 300 euros por megavatio hora. Algo que era impensable en los cursos anteriores. El récord absoluto se ha quedado en el 383,6 euros del 23 de diciembre. La luz se pagó ese día casi 10 veces más cara que en el mismo periodo del año anterior.

El sistema de fijación de precios, en el que las comercializadoras lanzan sus ofertas para cada hora del día, se ha convertido en uno de los hándicaps para rebajar la factura. El Gobierno ha tratado sin éxito de impulsar una reforma en la Unión Europea para que dé más manga ancha para determinar los costes, pero se ha topado con la negativa de grandes potencias como Alemania, que se niegan a intervenir en el mercado.

El precio del gas, el gran detonante de la crisis energética de 2021

Desde el inicio de la crisis energética, los analistas han coincidido en dos detonantes para explicar el alza de precios de la luz. El principal es el encarecimiento de los suministros de gas en el mercado internacional. Su subida provoca un efecto en cadena, ya que es el combustible que utilizan para generar energía las centrales de ciclo combinado. El segundo es la subida continuada de los derechos de CO2.

La última actualización del mercado holandés (TTF), que sirve como referencia en toda Europa, ha situado el precio del gas en los 96,7 euros por megavatio hora (MWh). El precio se ha multiplicado por ocho con respecto a los 19,13 euros que marcaba el mismo indicador hace justo un año. La diferencia es abismal, a pesar de que el mercado no se encuentra en una fase de moderación. El 13 de diciembre alcanzó su techo con 136,9 euros.

Esta deriva de los precios está condicionada por la fuerte demanda que actualmente necesitan tanto Europa como Asia, que compiten para hacerse con los suministros de un puñado de países. Esta tensa relación se ha trasladado también a la esfera de la geopolítica. La crisis diplomática entre Argelia y Marruecos obligó a España en verano a desplegar un plan B con barcos metaneros para traer el gas desde el Magreb. Una situación similar se produjo con las amenazas de Bielorrusia de cortar el gasoducto que conecta Rusia con el centro de Europa.

Con todos estos mimbres, tanto España como el resto de sus países europeos encaran el arranque del año con el problema sin resolver. Los futuros del gas anticipan que la crisis energética continuará al menos hasta la primavera. Es el pronóstico que maneja el Gobierno de España, pero también buena parte de las instituciones económicas que anticipan una fuerte inflación en el primer trimestre del 2022.

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