Volkswagen se la pega en bolsa y cae un 18,6% por sus trampas con las emisiones
La compañÃa sufre la pérdida de confianza de los inversores después de admitir el engaño y dejar de vender coches diésel en EEUU
Le van a salir caras al grupo Volkswagen sus trampas con las emisiones en Estados Unidos. Además de la multa de 18.000 millones de dólares (15.900 millones de euros) a la que se expone, el primer fabricante mundial de automóviles ha sufrido este lunes con crudeza la respuesta de los inversores, que le han retirado la confianza. El resultado, una caída del 18,6% de las acciones de la compañía, hasta los 132,20 euros.
El efecto en la bolsa ha sido inmediato y fulminante. Después de admitir, el domingo por la noche, que han engañado a las autoridades norteamericanas con las emisiones, las acciones de VW han abierto este lunes por la mañana a unos 139 euros, un 14% por debajo del cierre del viernes. Durante el día, han llegado a caer más de un 22%, cuando se ha sabido que el grupo dejaría de vender coches en EEUU.
Fuera de cartera
A raíz de la noticia y de los descensos del gigante automovilístico en los mercados, algunos analistas han apartado a VW de su cartera y han dejado de recomendar sus acciones. Dichos analistas no ven fácil que el grupo encuentre una solución a corto plazo.
El descalabro de Volkswagen, grupo del que forman parte Audi, Seat y Skoda, ha provocado descensos de buena parte del sector en las bolsas europeas. La compañía que más ha sufrido ha sido Porsche, que aunque cotiza, está controlada también por VW. El fabricante alemán de coches deportivos se ha dejado más de un 17%, mientras Daimler, BMW y Continental también han cerrado con pérdidas, aunque bastante más moderadas.
El escándalo
La principal agencia medioambiental de EEUU (la EPA) ha acusado este fin de semana a VW de haber hecho trampas durante los controles que miden la polución de los vehículos. A través de un programa informático, los coches eran capaces de detectar cuándo iban a ser sometidos a las pruebas, para activar así el dispositivo que recoge la cantidad de contaminación que emiten.
Este domingo por la noche, el gigante automovilístico ha admitido las acusaciones y su presidente, Martin Winterkorn, ha lamentado haber «roto la confianza» de sus clientes y del público. Horas más tarde, ha anunciado que van a dejar de vender coches con motor diésel de cuatro cilindros en EEUU.