Villar Mir está a 500 millones de agotar la vaca de Abertis y Colonial
Le queda el 2,5% de la concesionaria y el 6,2% de la inmobiliaria, que capitaliza en bolsa por 140 millones
El trasiego que, desde hace dos años, mantiene Juan Miguel Villar Mir –presidente del Grupo que lleva su nombre– con las acciones de Abertis y Colonial toca a su fin. Tras la última desinversión en la concesionaria, la estrategia de vender títulos de ambas compañías a manos llenas, para hacer frente a los compromisos de sus todavía 5.000 millones de euros de deuda financiera, tiene ya un escaso recorrido.
La actual valoración del 2,5% del capital de la concesionaria que le queda y del 6,2% de títulos que atesora en la inmobiliaria da ya para muy poco. Apenas 500 millones de euros, que, sumado al 4,4% de instrumentos financieros en Colonial, podrían llegar a los 600 millones en caso de que las operaciones con derivados se saldaran de manera positiva.
Han sido un sinfín de colocaciones aceleradas de acciones que le han permitido ingresar 312 millones por su participación en Colonial, entre septiembre de 2015 y junio de 2016, y de 2.400 millones por la venta de sus abertis en los dos últimos años.
Los últimos 600 procedentes de la venta del 4,42% de la concesionaria, obtenidos en la colocación acelerada del pasado lunes, han servido amortizar los 266 millones que quedaban del crédito sin recurso otorgado con garantía de acciones de Abertis y a reducir algo más de 270 millones de deuda bruta con recurso.
OHL rebaja su deuda a 3.000 millones
Con esta última operación, OHL ha dejado su deuda financiera en torno a los 3.000 millones de euros, 1.000 millones menos de los que presentaba a finales de 2015 y lejos de aquellos 5.625 millones que presentaba al finalizar el ejercicio 2014, y que fue la causa por la que, desde entonces, entró en este frenesí de desinversiones.
Para ver si este nivel de endeudamiento actual que, en el caso del Grupo Villar Mir (GVM), sigue siendo de 5.000 millones de euros, resulta suficiente, habrá que ver si las agencias de calificación levantan la penalización, y mejoran el rating.
La espada de Damocles del bono basura
A principios de agosto, tras los desastrosos resultados de OHL, con tan solo 3 millones de beneficio a cierre del primer semestre, tanto Moody’s como Fitch ahondaron todavía más en el bono basura para determinar la solvencia financiera de la principal empresa del GVM.
Si todos estos esfuerzos de vender sus principales participadas siguen quedándose cortas, y viendo que tan solo queda margen para capitalizar entre 500 y 600 millones por la venta total de estas participaciones, la familia Villar Mir tendrá que ir pensando en vender otros activos de su cartera.
En este sentido, y tras colocar Torre Espacio –la sede que alberga el cuartel general del grupo– a finales del pasado año, por 558 millones de euros, otro activo, como es el Centro Canalejas, también se ha puesto en el mercado.
De momento, resulta prematuro hacer números acerca de lo que podría ingresar el grupo Villar Mir por esta desinversión, pues todo estaría en función del porcentaje que finalmente se coloque.
Habitual trasiego de operaciones antes de una venta
En su habitual estrategia de acomodar el interés de cada empresa del grupo, OHL acaba de comprar a GVM un 10% adicional en este proyecto, por algo más de 27 millones, ostentando ya el 35%, mientras que el 65% restante queda en manos de GVM, accionistas de control de la constructora.
El precio de esta operación sirve de referencia para valorar en algo más de 270 millones la totalidad del proyecto Canalejas, todavía pendiente de que el Ayuntamiento de Madrid lo apruebe de manera definitiva. Esta valoración queda muy lejos de lo que realmente podría obtenerse con la venta de una participación a un inversor.
En el libro de venta pasado para conocimiento de los inversores, la valoración del proyecto estaría en una horquilla de entre 750 y 800 millones de euros, al incluir la inversión realizada y el contrato con la cadena hotelera Four Seasons, por lo que una venta, pongamos del 45%, podría generar unos ingresos de unos 350 millones de euros, suficientes para amortizar los más de 200 que la sociedad promotora acumula.