UBS pone en cuarentena su inversión en Merlin
El banco suizo coloca 13 millones de acciones, valoradas en 200 millones de euros, en productos derivados, a la espera de que un nuevo gobierno devuelva la confianza perdida
La socimi Merlin se ha convertido en una de las empresas cuya evolución bursátil mejor está sirviendo para testar las cautelas de los inversores tras las elecciones del pasado 20D, con la incertidumbre generada por las dificultades para formar gobierno y la posibilidad de que vuelvan a repetirse los comicios.
A su presidente Ismael Clemente todo le estaba saliendo a pedir de boca. El ascenso vertiginoso en el Mercado Continuo al hilo de un sinfín de operaciones, rematado con la compra a Sacyr de Testa, le catapultó año y medio después de salir a bolsa a cotizar en el IBEX 35, un día después de los comicios.
Precio objetivo hasta 14 euros
Y todo hacía prever que la mayor socimi de España –llamada a convertirse en la primera empresa patrimonialista tras rematar la adquisición de Testa, con activos valorados en más de 6.000 millones de euros– sería uno de los valores en los que los inversores depositaran su plena confianza.
Y seguramente acabará siendo así. El respaldo de los analistas es casi unánime con recomendaciones de compra para llevar el precio objetivo a una franja de entre 12 y 14 euros, muy por encima de los 10 actuales.
Confianza para superar los 300 millones de rentas brutas
Pero solo será posible con un gobierno estable que genere la confianza perdida y garantice el crecimiento económico necesario para que esos más de 1.000 activos de la cartera de Merlin rocen la plena ocupación y permitan generar rentas superiores a los actuales 300 millones de euros brutos anualizados.
Mientras tanto, en estos tres meses de cotización en el IBEX, la sucesión de compras y ventas han metido a Merlin en un tobogán vertiginoso de subidas y bajadas.
Por debajo de 9 euros
Tras rozar los 12 euros días antes de iniciar su andadura en el selectivo, se dejaba un 6,6% en su debut, para encadenar una racha que llevó la acción a bajar de 9 euros –por debajo de los 10 euros con los que salió a bolsa en junio de 2014– el pasado 11 de febrero. Desde entonces, subidas y más subidas hasta recuperar el umbral de los 10 euros en los que ahora se mueve.
Buena parte de estos altibajos han venido provocados por la estrategia seguida por UBS, el banco suizo de inversión convertido ahora en el primer accionista de Merlin tras la última operación. La realizada el pasado 18 de marzo, cuando reconocía atesorar el 5,9% del capital de la socimi, con 19 millones de acciones. Porcentaje que capitaliza por 200 millones de euros.
Opciones de compra por 13 millones de acciones
La mayoría de estos títulos, más de 13 millones –valorados en 140 millones–, están invertidos en productos derivados, que podrían convertirse en derechos reales si las perspectivas económicas de España vuelven a retomar la senda de crecimiento.
UBS, tras aflorar el pasado 27 de noviembre estos instrumentos financieros en cumplimiento de la nueva directiva europea de transparencia, llegó a acumular más de 18 millones de acciones en derivados el pasado 3 de febrero.
El banco helvético no es el único accionista que ha declarado poseer derivados en Merlin. También los posee el fondo Blue Ridge Capital, a través de dos vehículos, con casi el 3,9% del capital.
Fidelity e Invesco, los últimos en llegar
El resto de los accionistas de referencia de la socimi han preferido invertir solo en derechos reales. Tras UBS, la gestora de fondos estadounidense Blackrock mantiene el 5,5% desde septiembre y Principal el 3% desde finales de noviembre. Los últimos en incorporarse al capital de la socimi han sido el fondo Fidelity y la gestora Invesco, con el 3,5% y el 1%, respectivamente.
A nivel corporativo, la sociedad presidida por Ismael Clemente tiene pendiente el lanzamiento de su primera emisión de bonos por 800 millones –más próxima tras lograr que Standard & Poor’s reconociera el investment grade– y cerrar la compra, antes de julio, del 22% de Testa que todavía no posee