Trabajar en Amazon: 1.200 euros, siete horas de pie y sin sindicatos
Los directivos aseguran que los empleados "lloran de felicidad" cuando les comunican la firma del contrato fijo
En el almacén de 32.000 metros cuadrados ubicado en San Fernando de Henares (Madrid), Amazon recibe cada día a sus empleados con tres carteles de bienvenida: Work hard, have fun y make history. Aunque no sepan inglés, todos conocen bien el mensaje de la compañía: trabaja duro, diviértete y haz historia. Se lo han explicado varias veces.
Algunos trabajadores consideran que será muy difícil hacer historia reponiendo palés o envolviendo libros, pero ninguno de ellos jamás había leído semejante mensaje de motivación en ninguna de las empresas en las que habían trabajado. Y eso parece complacerles.
Trabajo agotador
Frente a los carteles, la multinacional de Jeff Bezos promociona con un aviso enorme las horas desde que no ha ocurrido un accidente laboral. Una vez adentro, el trabajo es duro. Los encargados de envolver pasan el día de pie mientras que los mozos de almacén prácticamente no paran en toda la jornada.
Con una facturación de 45.000 millones de euros anuales, la multinacional se siente orgullosa de la oportunidad que está ofreciendo a los trabajadores en España. “Ganan el 98% más del salario mínimo interprofesional una vez que obtienen el contrato fijo”, explica el director de Operaciones de Amazon.es, Fred Pattje.
Sin sindicatos
Los trabajadores también disponen de seguro privado y una paga por objetivos que supone el 5% del salario anual si toda la empresa alcanza las metas planteadas. Eso sí: en la sede no existen sindicatos, aclara el directivo. “Damos libertad para que estén. Quisieron presentarse, pero no ganaron las elecciones, así que solo tenemos un comité de empresa independiente”, explica el director de Operaciones.
UGT asegura que la multinacional promovió a trabajadores afines a Amazon para ser electos en los cargos del comité. La compañía no quiere repetir precedentes como el alemán, donde los sindicatos están en huelga en los centros de logística de Bad Hersfeld, Leipzig y Graben en protesta por los bajos salarios. Podrían peligrar los envíos navideños.
Cacheos de despedida
Los trabajadores europeos se han quejado de que se sienten vigilados en la empresa, presionados para cumplir objetivos. Un periodista de la BBC que se infiltró como operario en un almacén de Gales aseguró que la plantilla debe recoger una orden de compra en menos de 33 segundos. De lo contrario tiene alarmas que le recuerdan su fallo. La acumulación implica sanciones. “Son tratados como robots, no como trabajadores”, aseguró.
Pero en el almacén de Madrid, se respira un aire diferente. Los operarios parecen contentos. Son contratados por seis meses con una empresa de trabajo temporal. Si superan otro período de seis meses, logran el anhelado contrato fijo. “Como hay tanto paro en España, el 26%, siempre es mejor tener un trabajo que no tener nada”, razona el ejecutivo de Amazon. «Cuando les decimos que les haremos un contrato fijo, lloran de felicidad».
Los operarios envuelven los regalos en pocos segundos con una destreza asombrosa. Sonríen a los periodistas que visitan la planta pero no hablan. También se muestran amables cuando son cacheados por los hombres de seguridad cada día antes de irse. Parecen hacer caso al cartel ideado por Jeff Bezos que les recuerda que deben divertirse.