Telefónica enciende la alarma por la revisión del roaming
Telefónica, junto al resto de compañías de telecomunicaciones, se prepara para un posible ajuste en los precios mayoristas que fija la Comisión Europea
Las compañías de telecomunicaciones en España, principalmente Telefónica, aunque también Orange y Vodafone, ven en el horizonte un nuevo posible recorte desde Europa tras dos años de la aprobación de la barra libre de voz y datos para los consumidores con el fin del roaming.
Telefónica, la primera compañía de telecomunicaciones en España, ha advertido de posibles planteamientos de cambios antes de que termine el año. «En diciembre de 2019, la Comisión Europea publicará un informe en el que evaluará el informe del roaming y en consecuencia decidirá si procede o no tomar medidas regulatorias en dicho mercado», explica la compañía en su folleto enviado durante esta semana a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
A lo que se refiere el operador, según explican fuentes de las empresas de telecomunicaciones en España, es a cómo esta nueva revisión, la primera desde que se aprobara el final del roaming en 2017, puede traducirse en un recorte en la línea de ingresos mayoristas (los que reciben los operadores al cobrarse entre ellos) para los próximos años.
Es una discusión que ya se produjo en 2017 al despertar la preocupación de los operadores europeos: los del norte, emisores de viajeros, se quejaban de que si no cobraban al usuario por el roaming los precios mayoristas tenían que ser más bajos; los del sur, receptores, decían que con unos precios mayoristas bajos no podrían cubrir los costes que tendrían que afrontar.
Europa podría analizar los precios mayoristas de las telecos en el roaming
Este sistema de cobro entre operadores de diferentes países es sencillo de explicar: a la hora de gestionar las llamadas de sus cliente en el extranjero, las compañías lo hacen a través de acuerdos con otras telecos del país al que se viaja. Un ejemplo ficticio: Vodafone España cobra a Deutsche Telekom porque un cliente alemán hace una llamada desde España utilizando la red de la primera.
Con las reglas del fin del roaming de la Unión Europea, se fijaron nuevos precios (mayoristas) máximos que se podían cobrar entre sí por hacer “viajar” a través de sus redes móviles en UE, los megas, los mensajes de texto o las llamadas de clientes. Y ahora, con la revisión que se llevará a cabo en diciembre, el temor es que se rebajen estos precios máximos.
Este escenario es el que preocupa a las compañías que operan en España, como Telefónica, Orange y Vodafone, las tres que se reparten el grueso del mercado móvil. El mercado nacional es principalmente un país receptor de turistas, por lo que una rebaja en los esta horquilla de precios repercutirá en la facturación de las empresas.
Telefónia ha sabido aprovechar la llegada de turistas a España pese al final del roaming
A Telefónica no le ha ido mal hasta el momento con la nueva regulación. Telefónica Móviles, la filial que refleja el comportamiento del sector móvil, ingresó 50 millones más en 2018 gracias al final del roaming. Los límites en los precios mayoristas no fueron ningún impedimento para que la compañía se viera beneficiada por el crecimiento de turistas que llegaron al país — España batió en 2018 su récord de turistas extranjeros por sexto año seguido— y utilizaron sus redes para navegar, llamar o enviar mensajes de texto.
Lo cierto es que la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC) ya despejó los temores el año pasado. Analizó qué impacto había tenido la imposición de estos costes máximos y concluyó que las cifras que se negociaban estaban por debajo de estos límites. Es decir, las compañías, de media, no llegaron a cobrarse esos topes, sino que se cobraron precios bastante más baratos. Un ejemplo fue España, donde los precios mayoristas por el tráfico de datos bajaron un 54% con respecto al verano anterior.
La CNMC publicó el pasado año que los precios mayoristas se habían reducido a más de la mitad tras la introducción de la nueva normativa del roaming
El mismo organismo señaló en su Informe relativo al servicio de itinerancia internacional en la UE, de marzo [consultar aquí], que los ingresos mayoristas, debido a que los clientes apenas pagan por el roaming, salvo en excepciones puntuales, son los más importantes para las compañías telefónicas. Esta fuente de ingresos la generan sobre todo el consumo de datos, debido al cambio de tendencias en los clientes de telefonía, que han ido abandonando los servicios tradicionales (voz y mensajes de texto).
A este respecto, Telefónica ha advertido en anteriores ocasiones de los posibles efectos de un recorte en esta partida. Durante los seis primeros meses de 2018, el impacto negativo de la regulación mayorista (la vinculada al roaming entre ellas) «resta aproximadamente 1,2 puntos porcentuales al crecimiento orgánico del importe neto de la cifra de negocios».
Dos años del final roaming
En diciembre, cuando se revise este acuerdo, se cumplirán dos años del roaming. El fin de este recargo, que diez años antes era tan elevado que, en la práctica, suponía la imposibilidad de usar el móvil cuando se viajaba por la UE, disparó el consumo de datos y de voz por parte de los usuarios.
La nueva ley fijaba que desde el 15 de junio de 2017 las nuevas tarifas sin roaming se aplicarían automáticamente a todos los viajeros sin necesidad de tener que contactar con la operadora.
¿Y las consecuencias? Solo durante el verano en el que se anunció el final del roaming los operadores de telefonía móvil constataron un cambio de comportamiento de los viajeros en sus redes, concretamente un fuerte crecimiento del tráfico de datos, que en algunos casos llegó a multiplicarse por tres e incluso por seis en comparación con el verano de 2016.