Santander, BBVA y Caixabank instan a Eroski a renegociar 2.275M de deuda
La compañía cumple con los vencimientos actuales y confía en que el ajuste sea sólo de 1.600 millones, pero el escenario del negocio "recomienda" la revisión
Eroski y los bancos vuelven a sentarse. Los acreedores y la cadena de supermercados cerraron en enero de 2015, y tras largas negociaciones, la reestructuración de una deuda de 2.515 millones de euros, pero las perspectivas de la compañía vasca propician ahora la solicitud de una nueva negociación por parte de las entidades. El déficit sobre la mesa es de 2.275 millones, aunque desde la cooperativa del Grupo Mondragón confían en reducir la factura hasta los 1.600 millones.
Fuentes financieras explican a Economía Digital que Banco Santander, con el que arrastra un déficit de 520 millones; BBVA, con un pasivo de 350 millones; y Caixabank, que suma 255 millones de deuda, ya llaman a la puerta para afrontar la refinanciación. Entre el resto de acreedores destacan Banc Sabadell (175 millones), Kutxa (117 millones) y Caja Laboral (69), también favorables a la búsqueda de unas nuevas condiciones.
De hecho, El Confidencial avanzaba hace semanas que Morgan Stanley, Deloitte y KPMG serían los intermediarios en las negociaciones del nuevo plan, que debería entrar en vigor en 2019. “Esperamos que la cifra sea de 1.600 millones”, explica un portavoz del grupo.
La compañía confirma las conversaciones, que califica como normales. “Llegará el momento en el que debamos afrontar una refinanciación, que será en términos continuistas”, señala. La intención de Eroski consiste en hablar de posibles cambios en plazos y condiciones de los pagos, pero no encarar una restructuración compleja como la firmada en 2015.
Eroski sigue teniendo una deuda alta, admitía el presidente, Agustín Markaide
Si bien no han existido incumplimientos ni hay vencimientos a corto plazo –la mayoría empieza en 2019–, los bancos no ven claro “el escenario del negocio”. “Eroski sigue teniendo un volumen de deuda alto”, admitía en verano el presidente, Agustín Markaide.
La agresiva expansión de la competencia en el País Vasco, donde Mercadona ya suma 15 supermercados en sólo tres años, el auge de empresas como Amazon y la caída de la cuota de mercado, del 0,3% según el último estudio de Kantar Media, despiertan el recelo de las entidades.
Desde el grupo contestan: “a pesar de las afectaciones obvias Mercadona nos ha comido menos terreno de lo que correspondería”. El descenso de la presencia en España va ligado a las desinversiones acometidas; la última fue un paquete de 26 establecimientos vendido a Carrefour por 205 millones de euros. “Si igualáramos el perímetro creceríamos el 0,2%”, aseguran al tiempo que descartan la venta de más unidades.
Sin embargo, Eroski incumplió sistemáticamente todas sus perspectivas de resultado. Una vez descontadas las caídas de facturación y Ebitda obvias por la cesión de activos, los resultados no alcanzaron las previsiones. En 2016, el Ebitda previsto era de 247 millones de euros –en 2015 fue de 240 millones–, pero se quedó en 244 millones.
Para 2017, los cálculos igualaban los 247 millones, pero las faltas ya comenzaron en el primer trimestre. Con una previsión de 25,6 millones, la realidad dejó el Ebitda en 21,2 millones. Desde la empresa desmintieron estas cifras pero rechazaron ofrecer las «reales» al no comunicar estimaciones por política interna.
Eroski asegura contar con 100 millones anuales para invertir en nuevas tiendas
Bajo los números se esconde el debate de si Eroski debe mantenerse como una cooperativa o transformarse en una sociedad anónima. El grupo se resiste al cambio y Markaide ya dejó clara su posición en junio: “no hubiéramos atravesado la crisis si no hubiéramos sido cooperativistas. No hubiéramos podido gestionar la situación”.
De este modo, la empresa vasca celebra haber vuelto a abrir tiendas propias este 2017, en el que suma tres inauguraciones. La firma cuenta con un presupuesto de 100 millones de euros anuales en los próximos ejercicios para la adquisición de nuevos establecimientos y la reforma de los actuales.
La primera refinanciación, en enero de 2015
Eroski afronta así una segunda refinanciación después de que la crisis económica y el descenso del gasto y la compra de la catala Caprabo por 1.125 millones le hicieran tambalearse desdes 2008. En enero de 2015 firmó una complicada reestructuración del pasivo con los acreedores, que dividió en varios tramos. Algunos, como los 300 millones ligados a desinversiones ya fueron completados.
El resto se dividió en una parte de 791 millones de deuda senior, una porción de deuda inmobiliaria de 105 millones y un tramo de deuda no estructural de 948 millones. Otros tramos iban relacionados con la generación de Ebitda.