Movimiento de peones en el Banco Santander de Emilio Botín. El primer grupo bancario de España sustituye a Alfredo Sáenz (Vizcaya, 1942) como consejero delegado y nombra a Javier Marín sustituto y primer ejecutivo.
La mano derecha de Botín entrega el puesto de mutuo acuerdo con el consejo de administración. Los tribunales rechazaron un recurso para anular el indulto aprobado por José Luis Rodríguez Zapatero en su último Consejo de Ministros. El futuro de Sáenz estaba, pues, en manos del Banco de España, que podía inhabilitarle y que estaba facultado a revisar su honorabilidad como gestor. La última reforma impulsada por el Ministerio de Economía daba pie a esta opción.
En concreto, el ya ex consejero delegado del grupo había sido condenado a tres meses de prisión e inhabilitación por un delito de acusación falsa cometido en 1994 contra unos acreedores de Banesto, entidad de la que fue presidente.
El banco tenía reconocidos unos derechos de pensión a favor de su primer ejecutivo de 88,1 millones de euros a 31 de diciembre pasado, además de un seguro de vida por 11 millones.
Solución interna
Con la salida voluntaria de Sáenz, que además abandona el consejo de administración, el banco da una solución interna al proceso. En un comunicado remitido a la CNMV, el Santander ha expresado «su reconocimiento y agradecimiento a la extraordinaria labor realizada por Alfredo Sáenz desde su incorporación al grupo y, especialmente, como consejero delegado de Banco Santander».
[DOCUMENTO: Consulte el comunicado de Banco Santander]
Un fiel de Botín
Javier Marín, consejero delegado durante años de Banif y actual responsable de banca privada global y de la división de seguros, se considera uno de los favoritos del presidente del banco. Ello a pesar de estar salpicado, durante la última etapa en la filial de banca privada, por casos como Lehman, Madoff y por la agresiva expansión de red.
El nuevo ejecutivo ha preferido mantenerse en el entorno del presidente del Santander.