Riders de Glovo y Deliveroo: el algoritmo «lo condiciona todo»
Los repartidores de empresas como Glovo y Deliveroo se suscriben a su propio refrán: "El que reparte se lleva la peor parte"
Isaac Rodergas, repartidor de Glovo, sintetiza la relación laboral con su empleador mediante un mensaje en la caja amarilla que, un día sí y otro también, carga en su espalda mientras recorre las calles de Barcelona: «El que reparte se lleva la peor parte».
Su testimonio −similar al de muchos riders de compañías como Glovo y Deliveroo− es recogido en un vídeo de El País, en el que esta leyenda es visible en la caja donde transporta la comida que entrega a domicilio. La mochila no es gratuita; Glovo la cobra a unos 60 euros, y tampoco regala el soporte para el móvil que llevan algunos repartidores.
El coste de la mochila es cercano al 50% de lo que puede ganar un rider de estas compañías al mes, trabajando 20 horas por semana, según las declaraciones de Dani Gutiérrez, un repartidor que ha trabajado tanto para Glovo como para Deliveroo, y que concedió una entrevista a Efe publicada este sábado.
«Tanto el vehículo como el móvil los tienes que aportar tú. Ellos te dan una caja para repartir y un soporte para el teléfono, pero te lo cobran. Cuando entré en Deliveroo fueron unos 100 euros y en Glovo fueron 60 euros», explica Gutiérrez, que tras dejar este trabajo ayudó a fundar, a finales de 2017, una cooperativa de servicios de mensajería para empresas.
Además del vehículo propio y el móvil con conexión a internet, los riders necesitan darse de alta como autónomos para empezar a trabajar, tras superar una entrevista en grupo en la que se explican las dinámicas del trabajo. Unas dinámicas en las que el algoritmo de las apps a las que se encomiendan a diario «lo condiciona todo», afirma Gutiérrez.
Así funciona el algoritmo de Glovo y Deliveroo
El algoritmo de empresas como Glovo y Deliveroo para administrar los pedidos y repartos asigna labores a los repartidores automáticamente. Los riders pueden elegir otros pedidos en otras franjas horarias (la demanda es mayor de noche, por lo que el algoritmo asigna gran parte de la carga laboral en ese horario), pero si quieren tener puntos deben obedecer al sistema.
«Solo puede escoger el horario el que tiene una puntuación mayor en la aplicación; y si tienes una mala valoración de un solo cliente, la puntuación baja», dice Rodergas. El algoritmo «lo condiciona todo porque los que tengan mejor puntuación tendrán preferencia para apuntarse a los horarios y, por lo tanto, poder trabajar en las horas con más demanda», agrega Gutiérrez.
«Los que tienen las puntuaciones más altas, del 95 %, le dedican hasta 12 o 13 horas diarias, seis o siete días a la semana. De hecho eso es lo necesario para tener un sueldo decente», dijo el ex repartidor de Glovo y Deliveroo, que en algún momento incluso trabajó para ambas compañías al mismo tiempo.
«Al principio te explican lo de la flexibilidad, pero luego te das cuenta de que si quieres que este sea tu trabajo, tienes que estar todo el día pegado al móvil», lamenta Rodergas en su entrevista con El País. «»Hay todo tipo de condicionantes que acaban haciendo que no sea del todo libre y que la empresa pueda acabar decidiendo cuándo trabajas y cuándo no».
El 26 de mayo, un repartidor de 22 años de origen nepalí que trabajaba en Barcelona con la cuenta de Glovo de otra persona murió después de ser atropellado por un camión de basura.