Pullmantur busca la viabilidad con el 30% de plantilla y sin barcos
La compañía se prepara para deshacerse de sus últimos activos al mismo tiempo que afirma que no todo está perdido
Hace meses que la incertidumbre marca el futuro de Pullmantur. La empresa de cruceros propiedad de Royal Caribbean y el fondo Springwater Capital lleva paralizada tras la llegada de la pandemia del coronavirus, con la esperanza de que la situación epidemiológica mejore antes de que sea demasiado tarde. Pero hay que tomar decisiones y la compañía dirigida por Richard Vogel ya está en concurso de acreedores. Queda por ver el futuro de la plantilla, que se decidirá en un ERE del que todavía no se ha concretado a cuántos empleados afectará.
Fuentes conocedoras apuntan a Economía Digital que la intención de la empresa es la de no desaparecer, llevando a cabo un expediente de regulación de empleo que no afecte al 100% de la plantilla (350 trabajadores), sino al 70%. El plan, presentado al administrador concursal, pasaría por trabajar con una plantilla muy reducida en las oficinas centrales y proteger el área comercial lo máximo posible.
Preguntada al respecto, la respuesta de Pullmantur es muy escueta. Un portavoz oficial de la compañía confirma la intención de llevar a cabo un ERE “por causas de índole económica, productiva y organizativa”, pero evita dar cualquier detalle. El concurso de acreedores, concretan, es voluntario y para ocho entidades: las tres sociedades españolas y las cinco maltesas.
Tampoco habla claro con la plantilla su consejero delegado, Richard Vogel, quien no obstante transmitió a los trabajadores en un corto mensaje que seguía teniendo esperanza en la viabilidad de la empresa, aunque fuera a largo plazo.
Pullmantur trasladó a sus trabajadores un cambio de oficinas, pero no cuánta gente quedará afectada por el ERE
Todo provoca desconcierto entre los sindicatos y la plantilla. Distintos trabajadores trasladaron a este medio que la empresa ha optado por el secretismo pese a las filtraciones en los medios de comunicación, y que la última y única novedad es un futuro cambio de sede que se enmarca dentro del proceso de reorganización que se está llevando a cabo.
El resultado dependerá en gran manera del administrador concursal, el despacho de abogados Data Concursal. Se trata de un bufete conocido por llevar a cabo procesos similares en otras compañías en apuros, como el de Cantoblanco, de Arturo Fernández, y el grupo de ingeniería Isolux.
Adiós a los barcos de Pullmantur
Con más o menos esperanza, lo cierto es que Pullmantur ya ha cumplido órdenes de su administrador concursal y ha dado pasos significativos en su reestructuración. Una de las decisiones más llamativas fue desprenderse de dos de sus tres barcos, que aparecieron en un puerto de Turquía, donde pasaron a convertirse en chatarra.
Otras fuentes añaden que el tercero de estos embarques correrá la misma mala suerte. «Se trata de un embarque atracado en Grecia, a la espera de recibir la orden para ir al desguace de Turquía», explica alguien con conocimiento en la industria de cruceros. Pullmantur no ha atendido a este medio para confirmar o desmentir este y otros extremos.
Los barcos en cuestión son el Sovereign, con una capacidad total para 2.733 cruceristas, 12 cubiertas y un gran número de instalaciones y recintos de ocio; Horizon, con un total de 9 cubiertas, 8 bares y restaurante y aforo para 1.828 pasajeros; y el Monarch, el más grande de todos los que forman parte de la flota.
Los barcos eran propiedad de Royal Caribean, hasta hace años accionista del 100% del capital social de Pullmantur. Desde 2016 tiene el 49%, tras haber vendido su mayoría al fondo Springwater Capital, del inversor Martin Gruschka (Colonia, 1965), que desde hace años es conocido en España por su participación en firmas como Unipapel o la compañía de electrodomésticos Miró.