Prisa recrudece su guerra en Portugal tras la salida de directivos
El cambio de consejero delegado en su participada lusa ha terminado en un cruce de acusaciones entre medios y la investigación del regulador
El enfrentamiento entre Prisa y Cofina en Portugal va a más. Ambos grupos mediáticos han aumentado la tensión de manera pública desde que el grupo luso dio marcha atrás de forma unilateral a la compra de Media Capital (MC), la sociedad de la que la compañía española es accionista mayoritario y de la que lleva años intentando desprenderse.
La espantada de Cofina en el último minuto provocó el enfado de Prisa, que anunció que acudiría a los tribunales para que la compañía portuguesa, conocida por ser propietaria del diario Correio da Manhã (el más vendido en Portugal), la televisión de pago CM, el diario económico Jornal de Negócios y la revista Sábado, entre otros, depurara responsabilidades.
Esta semana se dio un paso más en la escalada de tensión. Prisa, tras anunciar los cambios de calado que ha emprendido en Media Capital, con el relevo de su consejero delegado, Luís Cabral, y la salida de Sérgio Figueiredo, el jefe de informativos de la televisión de la que es propietaria, Televisão Independente (TVI), vio que Cofina utilizaba sus propios medios para enfangar la situación.
Así, Correio da Manhã informaba durante las siguientes horas de que quien estaba detrás de este cambio era el empresario Mário Ferreira. Este directivo portugués fue en su día socio de Cofina en la oferta para hacerse con MC, pero poco después decidió hacer la guerra por su cuenta. El desenlace: se convirtió en accionista minoritario de Prisa en Portugal después de la negativa de Cofina a hacerse con el 100% de Media Capital.
Prisa entendió en Cofina intentaba poner en poner en duda la «transparencia» de su actividad en Portugal
Las informaciones publicadas por el diario propiedad de Cofina, Correio da Manhã, lejos de pasar desapercibas para Prisa, fueron contestadas con dureza. Respondió que todos los cambios en la estructura de gestión de Media Capital estaban «bajo la estricta competencia de su junta directiva» y negó que Ferreira fuese quien tomaba ahora las decisiones en la compañía portuguesa.
El nuevo enfado de Prisa respondía a un motivo: consideraba que el periódico propiedad de Cofina estaba intentando usar a la Entidad Reguladora de la Comunicación Social (ERC), el supervisor de medios portugueses, «para cuestionar el desempeño riguroso y transparente del grupo Media Capital y sus accionistas, con énfasis en su accionista mayoritario”, es decir, la propia Prisa.
El regulador luso investiga los cambios en Media Capital
Por si fuera poco, tras las noticias de Cofina, el regulador entró en juego en la tarde del viernes. A través de un comunicado oficial, anunció que había abierto una investigación para esclarecer qué estaba pasando en Media Capital. «Se está analizando el posible cambio no autorizado de dominio, que implica una infracción administrativa y puede dar lugar a la suspensión de la licencia o responsabilidad penal», afirmaron.
El origen: una venta frustrada
El conflicto se enquistó el pasado mes de marzo. El día 11 Cofina anunció que renunciaba a comprar Media Capital. El motivo: había ligado la operación a una ampliación de capital de 85 millones de euros para financiar la compra del dueño de TVI, pero el propietario de Correio da Manhã logró poco más de 82 millones de euros.
Entonces llegó la respuesta de Prisa, que mostró su incredulidad tras la reacción de Cofina, que llegó «sin previo aviso». Amenazó con acudir a los tribunales para que repararan el daño causado y recordó que Cofina, ante los términos establecidos, debía compensarle con el pago de 10 millones de euros.
Media Capital, deseo de desinversión de Prisa
La venta de Media Capital, un grupo de medios que engloba a la productora Plural Entertainment, varias emisoras como Radio Comercial y M80 y la discográfica Farol, hubiese sido muy provechosa para Prisa porque esperaba ingresar hasta 124 millones con la operación y destinar todo ese dinero a amortizar deuda.
Pero es una venta que parece ya gafada, porque no es la primera vez que se frustra. La primera operación que no llegó a buen puerto se remonta a 2017. Ese año Prisa alcanzó un acuerdo para vender toda su participación en Media Capital (cerca del 95%) por 440 millones de euros al grupo Altice, concretamente a su filial MEO –Serviços de Comunicação e Multimédia. No obstante, la operación fue tumbada por el regulador.