¿Por qué los dependientes de Inditex no pasan de los 40 años?
La media de edad de los trabajadores de la multinacional se sitúa en los 28 años y la CIG denuncia que 'esconde' o prejubila a las mujeres de más de 50
La imagen vende y eso es algo que saben bien en Inditex. Si usted ha visitado recientemente alguna de las tiendas de la multinacional textil se habrá fijado en la lozanía de sus dependientes. Gente joven y con buena imagen que conecta con el cliente para generar expectativas de compra.
En las ofertas de empleo del grupo que se pueden encontrar por Internet no hay referencias a la edad ni al físico, pero es un secreto a voces que las firmas de moda emplean a personas con estos perfiles para hacer de la experiencia de comprar algo más agradable.
Perfil joven
Como explican desde la propia compañía, en las distintas firmas del grupo «predomina un perfil joven». De hecho, como destaca la multinacional en su memoria anual, en 2014 la media de edad de la plantilla se sitúa en los 28 años. El 87% trabaja en las tiendas y son en su mayoría mujeres – 77% frente a 23% –. No obstante, esta considerable diferencia va reduciéndose con la progresiva entrada de hombres en establecimientos como Bershka, donde su presencia era algo inusual.
Laura (nombre ficticio), de 26 años, trabaja en una de las tiendas de la multinacional con sede en Arteixo desde hace menos de un año. Explica que, para ser contratada, tuvo que pasar una entrevista que consistió en una dinámica de grupo. «Ahí más que en el físico se fijaban en que fueses resolutiva y tuvieses una buena imagen». Sin embargo, asegura que ninguno de los allí presentes superaba la treintena. «Quizá tenga algo que ver el público al que nos dirigimos, que también es joven», apunta.
Va por marcas
Y algo tiene que ver. De hecho las distintas marcas de la multinacional adecúan la edad de sus dependientes a la de sus potenciales clientes. En comercios como Bershka o Stradivarius, más enfocados al público juvenil, es difícil dar con dependientes con más de 30 años y quizá el que encuentre sea el encargado. Pero en Uterqüe, la división de complementos creada en 2008, no sucede así. Las personas que atienden, generalmente mujeres, han dejado atrás la treintena hace años. También ocurre en Zara (y su versión de bajo coste: Lefties) en Massimo Dutti y, en menor medida, en Pull&Bear. Estas tres son, curiosamente, las firmas más longevas del grupo.
El trabajo no debería faltar mientras el cuerpo aguante, pero ¿qué pasa cuando la imagen del vendedor ya no es la que la firma considera ideal? Roberto Pérez Vila, responsable de Comercio de CIG, reconoce que éste es un problema al que se enfrenta todo el sector. En el caso concreto de Inditex, explica, «escondieron a las mujeres de más de 50 años en los almacenes de Arteixo, a otras las prejubilaron y algunas de ellas continúan como encargadas». «Las cadenas más veteranas no saben qué hacer con las que pasan de 40 (años)», añade.
Demorando el problema
Inditex no es ajena a esta realidad, por ello, como señala Pérez Vila, las cadenas contratan a gente cada vez más joven para intentar demorar el problema, chavales de 18 a 20 años que buscan su primer empleo. Incluso los hay con menos años, ya que «se aprovechan de los módulos de FP, con contratos de formación», explica.
Oficialmente no existe nada sobre el papel, pero la realidad es que para entrar a vender en Inditex «hay que ser menor de cierta edad». Las pruebas de selección, denuncia el responsable sindical, se han convertido en «auténticos certámenes de belleza». Además, apunta, «ahora se notan más las exigencias de imagen; no sólo con la gente que va cumpliendo años, sino también con la que gana kilos».