Piqué deja San José tras evitar su quiebra
El ex ministro ha sido clave para lograr nuevos contratos en el exterior para la compañía de Jacinto Rey
San José, el principal grupo constructor gallego, ha sido uno de los protagonistas de la ajetreada semana vivida por Josep Piqué, el todavía presidente del Cercle d’Economia, quien llegó a Madrid el pasado martes para solventar tres asuntos, y solo pudo cumplir con dos antes de sufrir la hemorragia cerebral que le mantiene ingresado en el hospital Ramón y Cajal.
Presentó su libro Cambio de era. Un mundo en movimiento: de norte a sur y de oeste a este y renunció a su puesto de consejero en la constructora gallega por la incompatibilidad con su nombramiento como consejero delegado de OHL, para convertirse en la mano derecha del veterano Juan Miguel Villar Mir. Decisión pospuesta hasta que el exministro esté totalmente recuperado.
Mercado exterior
Ha sido un paso fugaz el de Piqué en San José. Apenas quince meses desde que Jacinto Rey le pusiera un asiento en el consejo en junio de 2012 con un objetivo muy claro, el de aprovechar la preciada agenda del exministro de Exteriores y de Industria en tiempos de José María Aznar para lograr hacerse con el mayor número posible de contratos en el mercado exterior.
La única vía, la de la expansión internacional, por la que el grupo gallego trata de equilibrar unas cuentas, fuertemente afectadas por la caída del negocio en España, que le han impedido afrontar en su totalidad el pago de 77 millones de euros correspondiente al primer vencimiento de un crédito sindicado de 1.340 millones liderado por el Banco Popular ya refinanciado en 2009. Uno de esos créditos sobre los que las entidades financieras españolas acaban de ser interrogados por los técnicos del Fondo Monetario Internacional acerca de su posible reclasificación y, por tanto, de la aportación de provisiones adicionales.
Deuda
A nadie se le escapa que el aluvión de contratos y concesiones conseguidos por San José durante la estancia de Piqué en su consejo han pesado y mucho en las entidades financieras a la hora de acceder a la novación del sindicado, y dar unos meses más de margen para que pueda afrontar el pago de los 133 millones de deuda que vencen en abril de 2014.
Basta echar un vistazo a los datos para comprobar cómo San José venía viendo reducida su cartera de pedidos hasta bajar, en junio de 2012, de los 2.000 millones, con apenas 900 en el extranjero, y cómo un año después el monto de los contratos y las concesiones logradas ha superado la barrera de los 3.000 millones.
Proyectos
Con un cambio importante en el ámbito geográfico, relativo a que la rebaja en 100 millones de la actividad futura en España se supera con creces con los más de 1.200 millones de ingresos futuros que llegarán de fuera. Sobre todo esos 900 millones de euros que le reportará al Grupo presidido por Jacinto Rey la concesión pública otorgada por el Estado chileno para la construcción y explotación de la Autopista Rutas del Loa por un plazo de 35 años, o los 170 millones que llegarán de su participación en el faraónico proyecto del Museo Louvre Abu Dhabi.
También se ha aprovechado Sanjosé de los contactos que Piqué hizo en los dos años y medio que pasó al frente de la opaca Mixta África –esa empresa entonces controlada por la hoy concursada Renta Coporación y que posteriormente ha quedado en manos de Morgan Stanley Stanley, el Banco Mundial y la sociedad Kingdom Zephyr Pan African Investment Partners–.
Balance delicado
Ahí están para corroborarlo los tres complejos hoteleros de lujo que está ejecutando en Cabo Verde, la adjudicación para construir el Ministerio del Interior de la República del Congo, en Brazzaville, o el acuerdo de colaboración cerrado con el Gobierno de Mozambique para edificar 100.000 viviendas.
No obstante, al margen de este futuro esperanzador –los millones no llegarán hasta que los proyectos se realicen–, el balance financiero actual de San José resulta delicado. Hasta junio había ingresado 276 millones de euros, la mitad que hace cuatro años, su pasivo supera ronda 2.430 millones (con una deuda financiera de 1.625 millones), y su patrimonio neto ya es inferior a 200 millones por culpa de las provisiones realizadas para atender la minusvalía de sus activos.
Dentro de un año veremos si la mano de Piqué en los últimos quince meses ha sido determinante para evitar que los bancos pusieran en duda la solvencia de San José.