Panrico, el ajuste será aún más profundo
Las ventas de la compañía han caído más de lo previsto y el plan de viabilidad ha quedado desfasado
La dirección de Panrico, encabezada por Joan Casaponsa, explicaba el pasado 18 de julio a los empleados de la factoría de Santiago de Compostela (Galicia) que las condiciones económicas de la compañía forzaban a echar el cierre el 31 de agosto. A los trabajadores les sorprendió la contundencia de la medida y la claridad con la que se les anunció que no había un escenario alternativo posible. La histórica factoría del polígono del Tambre tenia que cerrar. Y no será la única. El ajuste que se hará en el grupo de pan de molde y bollería industrial será más profundo de lo que se esperaba en un primer momento.
El pasado febrero, Oaktree formalizó la compra del 86% del capital de Panrico. Los nuevos propietarios, al mismo tiempo, dieron el visto bueno a un plan de viabilidad para recuperar los beneficios. El fondo británico desembolsó 290 millones para reducir la deuda de la empresa a los 90 millones de euros. Pero la caída del consumo y las previsiones poco halagüeñas de los próximos meses han superado incluso el peor escenario planteado en esta hoja de ruta.
El plan de viabilidad de Panrico se ha quedado desfasado. Las ventas han caído más de lo previsto y ya definen otra alternativa para hacer la compañía viable, según informan fuentes conocedoras del proceso a Economía Digital. Y esto pasa, inevitablemente, por amortizar puestos de trabajo.
Red de ventas
En los últimos meses, se ha aplicado un expediente de extinción de empleo a 105 trabajadores de diferentes plantas de Panrico en España. Además, se ha cerrado la fábrica de Sevilla. Aunque la cúpula acordó recolocar a un mínimo de 100 empleados en otros centros de trabajo del país. También se ha bajado los salarios en la inmensa mayoría de factorías, con conflictos laborales incluidos, y se esperaba cerrar el ciclo en Santiago. Incluso se pensaba aplicar la misma fórmula que en Sevilla y poder ofrecer otra oportunidad laboral a parte de la plantilla, según explican desde el entorno de Casaponsa. Pero ahora, este escenario no es posible.
Además de cerrar otros centros de trabajo, la nueva reestructuración podría afectar a la red de ventas y distribución. Una actividad en la que hay un gran número de autónomos. Aunque el nuevo documento está en plena elaboración y no se espera terminar hasta finales de agosto, como muy pronto.