Nostrum se queda con los locales de sus franquiciados tras exprimirlos
Home Meal, propietaria de restaurantes Nostrum, ofrece precios irrisorios a sus franquiciados arruinados para quedarse con sus establecimientos
La inversión de su vida acaba en pesadilla para muchos franquiciados de Nostrum. Con casi 130 restaurantes repartidos por España y Francia, la compañía de restaurantes se apoya en sus asociados para tejer una red de locales que la convierte en la cadena con más locales del país. Sin embargo, no todos funcionan. Y cuando no lo hacen, la firma dirigida por Quirze Salomó aparece dispuesta a aprovecharlo.
Fuentes cercanas a Home Meal, la matriz de Nostrum, explican a Economía Digital como los ejecutivos de la sociedad aparecen para quedarse con los comercios cuando estos rozan la quiebra. El último ejemplo, en Bilbao, en la calle Licenciado Poza, donde la compañía se ha quedado con el local de un franquiciado para evitar el cierre. El precio pagado: 0 euros. Un traspaso a coste cero para aliviar al franquiciado.
Mayor es la oferta que tiene sobre la mesa uno de sus compañeros en Barcelona. Tras pagar 180.000 euros por el local, ahora le ofrecen 50.000 euros, pagados a plazos, para recuperar el restaurante. Es la salida que les queda después de acumular pérdidas con un negocio al que no le salen los números.
Los tres problemas de Nostrum para ser rentables
Otras voces señalan los motivos para que la rentabilidad no salga. Fuentes internas señalan tres razones para justificar el retroceso. “El primero de todos es que Nostrum no tiene marca fuera de Cataluña y le es muy complicado asentarse fuera, en el resto de España”, inician. Por ello, cerró en la mayoría de capitales que trató de asaltar.
“El segundo motivo es la escasa rentabilidad del negocio, que funciona con precios muy ajustados”, continúan. La recuperación económica ha traído un descenso de las ventas en unas tiendas en las que se obliga a los franquiciados a introducir descuentos “imposibles” de rentabilizar. La oferta del 10 + 10 es un claro ejemplo: una veintena de platos por el precio de diez en el que los costes los deben asumir los propios establecimientos.
El tercer obstáculo viene con los problemas de abastecimiento de los restaurantes. “Es habitual que se envíen productos que no se han pedido y no tienen salida o que se esté semanas sin recibir platos con mucho éxito”, zanjan.