Nissan y sindicatos llegan a un acuerdo para recortar 600 empleos
Tras un mes de negociaciones, la dirección y la plantilla pactan el ajuste que implicará la construcción de una nueva planta de pintura
Después de varias semanas de reuniones maratonianas y tras amenazar en más de una ocasión en presentar un expediente de regulación de empleo (ERE), la cúpula de Nissan Motor Ibérica tiene al fin lo que quería: un pacto con los sindicatos para poder recortar 600 empleos en su fábrica de Barcelona. El acuerdo era un requisito indispensable para construir una nueva planta de pintura sin la que la instalación no podría seguir en funcionamiento a partir de 2023 por una nueva ley europea.
La intención de la empresa que en España dirige Genís Alonso es lograr la totalidad de las bajas a través de voluntarios y prejubilaciones. El documento promete el 85% del salario hasta la jubilación a los 63 años para los mayores y un plan de bajas incentivadas hasta marzo de 2020 con la indemnización legal pertinente y 50.000 euros netos añadidos.
Sin embargo, los sindicatos no lograron arrancar ningún compromiso en materia de producción para la planta de la Zona Franca, que funciona por debajo del 40%. La instalación vio como en los últimos meses varios vehículos abandonaban el centro sin la llegada de nuevos coches. “Haremos todo lo posible para lograr nuevas adjudicaciones”, se limitó a decir la dirección en las conversaciones.
El acuerdo, eso sí, se produjo tras la mediación de la Generalitat de Catalunya y después de que estuvieran a punto de romperse las negociaciones la semana pasada por la negativa de los representantes de la plantilla a aceptar las condiciones de la dirección.
Nissan logrará así reducir el número de trabajadores en la fábrica de la Zona Franca hasta los 2.500 empleados para rebajar los costes fijos ante el abrupto descenso de la producción. En el ejercicio 2018/2019, la instalación sacará a la carretera apenas 57.000 unidades frente a las 200.000 para las que está capacitada. La cifra también está lejos de los 75.000 vehículos que salieron de la planta catalana la temporada anterior.
Un recorte obligatorio para la construcción de la nueva planta de pintura
Las negociaciones versaron sobre dos puntos: recortar 600 empleos a cambio de invertir 70 millones de euros en una nueva planta de pintura. El tiempo tampoco sobra, pues en 2023 la actual instalación ya no podrá utilizarse según la nueva normativa europea.
La Generalitat de Catalunya subvencionará parte del proyecto, que costará 70 millones de euros, en concepto de apoyo a la investigación y el desarrollo y la eficiencia energética. El esquema ya se utilizó en la reinvención de Nissan Ávila como fábrica de componentes. Entonces, el fabricante puso 40 millones de euros de su bolsillo y la Junta de Castilla y León aportó los 50 millones restantes hasta alcanzar los 90 millones requeridos para el proyecto.