Navidul estira sus engaños tras el anuncio antibulos de Campofrío
El fabricante sigue vendiendo jamones con materia prima húngara y promociona sus ibéricos infringiendo la normativa
Los engaños que acomete Navidul para comercializar sus productos no son un asunto anecdótico. Los jamones polacos, húngaros y alemanes que la empresa –parte de Campofrío Food Group– hacía pasar por productos elaborados en España no eran una casualidad de hace unos meses, cuando Economía Digital desenmascaró sus trucos.
Dos meses y medio después de la primera serie de reportajes sobre Navidul, siguen vendiéndose en España jamones curados de esta marca comercial que se han elaborado tirando de cerdos sacrificados en el extranjero. Asimismo, siguen promocionándose sus jamones ibéricos con irregularidades en el etiquetado y presentación, parece que con total impunidad.
Pese a los esfuerzos de Campofrío por blanquear su imagen con una brillante campaña publicitaria en contra de las fake news estrenada este martes de cara a la época navideña, lo cierto es que una de las filiales más potentes del segundo grupo alimentario de España por facturación sigue incurriendo en distintos trucos para engañar a los consumidores.
A la luz de la mencionada campaña publicitaria, el director de marketing de Campofrío, Javier Portillo, ha manifestado este martes que «ha sido un buen año» para la compañía porque «cada vez captamos a más consumidores y el reto es que nos tengan como referencia», aunque también ha admitido que «estamos en un entorno complicado».
Jamones húngaros a la venta
Ese «entorno complicado» al que se ha referido Portillo quizás sea la justificación de Navidul para no especificar en los etiquetados de su jamón curado Cuatro Estaciones que la materia prima del producto es importada. La siguiente imagen demuestra que el matadero en el que se sacrificó el cerdo del que se deriva el cárnico curado está ubicado en Hungría.
Un jamón curado Navidul Cuatro Estaciones con óvalo sanitario de un matadero húngaro /ED
Este es tan solo uno de los muchos jamones curados Cuatro Estaciones que a diciembre de 2019 siguen a la venta en los supermercados españoles con un etiquetado que no indica el origen de la materia prima. Esto supone una infracción al reglamento 1169/2011 de la Unión Europea, que obliga a indicar la procedencia de un alimento «en particular» si la misma puede «insinuar que el alimento tiene un país de origen diferente».
«Debe indicarse el país de origen o el lugar de procedencia de un alimento siempre que la falta de tal indicación pueda inducir a engaño a los consumidores en cuanto al verdadero país de origen o lugar de procedencia de dicho producto», dice, literalmente, la normativa europea. No solo el jamón es un producto vinculado a la gastronomía española, sino que el logotipo de Navidul remeda una encina, símbolo inherentemente asociado a la dehesa de Extremadura, no a Hungría.
El mismo reglamento europeo precisa que «la información alimentaria no inducirá a error» sobre «las características del alimento y, en particular, sobre la naturaleza, identidad, cualidades, composición, cantidad, duración, país de origen o lugar de procedencia, y modo de fabricación o de obtención». Pero la etiqueta comercial de Navidul Cuatro Estaciones elude la trazabilidad alimentaria requerida.
En octubre, Navidul se defendió. «Cumplimos estrictamente con todas las normativas vigentes relativas tanto al etiquetado como a la identificación de la procedencia de nuestros productos, con el firme compromiso de asegurar siempre una correcta información a nuestros consumidores, en sintonía con lo establecido por la Administración y con las instituciones de referencia en nuestro sector», afirmó la empresa en declaraciones a este medio.
Tras recibir más consultas de este periódico, la filial de Campofrío insistió en brindar declaraciones en la misma línea argumentativa, sin llegar a responder cómo su cumplimiento «estricto» de las normativas es extrapolable a la carencia de información sobre el origen de la materia prima de su jamón curado, que la compañía asegura que es el «más vendido» de España.
Para una empresa tan aparentemente comprometida con la victoria de la verdad por encima de las mentiras y los bulos, como se presenta en su última campaña publicitaria, es de extrañar que Campofrío siga permitiendo que Navidul intente tender esta trampa a los consumidores del jamón curado Cuatro Estaciones. Pero no es el único de sus trucos que sigue vigente.
Irregularidades en la publicidad de Navidul
La maquinaria promocional de Navidul supone otro incumplimiento de la normativa. Si nos enfocamos en su web, hay varias irregularidades que saltan a la vista. Por ejemplo, en la sección en la que publicita y vende su jamón de bellota 50% raza ibérica, ha colgado imágenes de un jamón que no solo no lleva el precinto o brida de color de norma, sino que lleva uno de elaboración propia y del color incorrecto. Se puede apreciar en la siguiente imagen:
Jamón de bellota 50% raza ibérica de la marca Navidul sin el precinto de norma
Los jamones de bellota 50% raza ibérica, por ley, deben llevar un precinto o una brida de color rojo avalada por Asici, la patronal del sector, que impulsó este elemento diferenciador en 2014 para evitar la confusión de los consumidores respecto de la pureza racial del cerdo del que proviene el jamón. La brida negra, del cerdo 100% ibérico, indica la mayor pureza racial y es, por ende, indicativa de un producto de mejor calidad y mayor precio.
Se observa en la captura de pantalla de la web de Navidul que este jamón, en lugar de llevar el precinto rojo de Asici, lleva uno negro de Navidul, lo cual es inapropiado porque estos elementos distintivos solo los debe colocar la patronal y no el propio fabricante, dado que se trata de una medida tomada para regularizar la comercialización de este producto. No es la única irregularidad presente en la página de la empresa, como se puede ver en esta otra imagen:
Jamón de cebo ibérico Navidul sin la brida de norma
De igual manera, la página de promoción y venta del jamón de cebo ibérico «elaborado en Extremadura» de Navidul muestra una fotografía del producto en la que no se aprecia ninguna brida de color. Este jamón debe portar un precinto de color blanco, según la normativa del ibérico, y este no es un elemento diferenciador que pueda ausentarse en el material publicitario del mismo.
La norma de calidad del ibérico, aprobada en 2014, en su artículo 4 y punto 1 dice que «en el etiquetado, facturas, albaranes, publicidad, folletos y cartelería en el punto de venta, así como en las acciones promocionales o publicitarias, deberá figurar completa la denominación de venta de los productos objeto de la presente norma».
«Los precintos se mantendrán en las piezas en todo momento, incluidos puntos de venta y establecimientos de restauración, y no podrá colocarse ningún otro precinto adicional, por parte de cualquier operador o tercero», añade el mismo real decreto por el que se aprobó la norma de calidad del ibérico.