Morlanes, expulsado de La Seda
La portuguesa BA Vidrio toma de nuevo el control de la compañÃa y anuncia que venderá la actividad quÃmica por partes
Los accionistas de La Seda de Barcelona han decidido en junta ordinaria expulsar al vicepresidente de la compañía hasta la fecha, José Luís Morlanes. El propio ejecutivo había presentado su renuncia al cargo el pasado sábado y se ha hecho efectiva al principio del encuentro, que ha tenido lugar en el hotel Princesa Sofía de Barcelona. Pero incluso se le ha revocado de su silla de consejero.
Tras tres horas en las que todas las propuestas que había puesto sobre la mesa han sido rechazadas por una amplia mayoría, Morlanes ha abandonado la junta cuando aún estaban pendientes de votación los dos puntos clave del orden del día. La opinión de los propietarios del grupo químico sobre la propuesta de refinanciación realizada por el fondo buitre Anchorage y la del accionista mayoritario, BA Vidrio, quien regenta actualmente el 20,02% del capital de La Seda.
Varapalo al fondo ‘buitre‘
En el momento en que Morlanes ha cruzado la puerta del hotel estaba todo decidido. Ya no quedaba ningún miembro del consejo de administración que él había encabezado de nuevo los últimos tres meses. La iniciativa de refinanciación del fondo estadounidense estaba claro que no prosperaría y el empresario que él había propuesto para ocupar una silla en el nuevo órgano de gestión, Emilio Zaffignani, sólo había conseguido el visto bueno del 4,5% del capital social presente en la sala.
El varapalo a la iniciativa de refinanciación del grupo que un día antes se daba por seguro que prosperaría ha sido mayúsculo. El fondo estadounidense sólo ha recibido el apoyo del 17,94% de los presentes en la junta. La mayoría de accionistas han preferido dar su apoyo a la proposición del grupo portugués liderado por Carlos Moreira.
Consejeros
El empresario luso ha recuperado lel control de la compañía. Acompañan a Moreira en el máximo orden de gestión Alexandre Tabares, José Luís Riera, Carlos Soria y José Antonio Garcia-Albi Gil de Biedma. En él, hay dos sillas menos que el año anterior.
Vender la actividad química por partes
BA Vidrio ya ha expuesto cuál es su hoja de ruta para los próximos meses. Su primera cita será sentase con la banca acreedora (básicamente, Anchorage) para renegociar los 235 millones de deuda. Moreira quiere que, de esta cantidad, 125 millones de euros repercutan sobre la actividad de packaging (en beneficios). La misma propuesta que el fondo estadounidense.
Las iniciativas distan a la hora de decidir qué hacer con los 110 millones restantes. Mientras Anchorage quiere capitalizarlos por completo para obtener el 75% del capital, BA Vidrio quiere que tengan tres destinos distinto. Un total de 20 millones serán más garantías sobre la división del negocio en ganancias; busca convertir en capital otros 60 millones de euros, por lo que la banca acreedora obtendría el 25% de la propiedad del grupo; y los 30 millones restantes se quieren conseguir con la venta de toda la actividad química.
Sede social en Madrid
“Incluye la participación de IQA, la planta de El Prat del Llobregat (Barcelona), las tres factorías de Italia y la fábrica de Turquía”, ha manifestado Moreira en un encuentro con prensa tras la junta. El año pasado el empresario buscaba a un inversor externo para esta división, ahora ya acepta quese venderá por partes para ingresar 30 millones.
Este paso implicará que La Seda se quede sin su sede histórica y headquarter, el centro de trabajo de El Prat. Sólo tendrá la parte de negocio que no está en pérdidas: el packaging. Esta actividad se concentra entre Madrid y Toledo, además de algunas factorías en Inglaterra. Si Moreira completa su plan, la compañía perderá la sede social de Catalunya.
Concurso de acreedores
La previsión de la empresa portuguesa incluye la continuidad del concurso de acreedores que está solicitado. En la junta, Morlanes no ha tenido tiempo ni de anunciar su intención de retirar el proceso de insolvencia que había solicitado en los juzgados de lo mercantil de Barcelona, tal y como él mismo había avanzado.
Por el momento, ningún magistrado ha declarado el concurso. Tampoco hay administradores ni se ha decretado un pasivo.
Además de los 235 millones de euros de la deuda que está en negociación, La Seda tiene otros 250 millones de euros de préstamos pignorados y 110 millones más en bilaterales, detalla el empresario portugués. A ellos se le debe sumar la deuda comercial, cuyo montante final no ha sido reconocido oficialmente pero podría alcanzar una cifra similar a toda la deuda financiara.