Miró despide a toda la plantilla y apunta al cierre
La cadena prepara un ERE para los 339 empleados. Sólo se podrían salvar los trabajadores de las tiendas que sean vendidas
La cadena catalana de electrodomésticos Miró ha dado este martes un paso que podría acercarla al cierre definitivo. La compañía, propiedad del fondo de capital riesgo Springwater, acaba de decidir que iniciará el despido de toda la plantilla.
El director de la cadena, Matteo Buzzi, ha informado a los empleados que la medida afectará a los 339 trabajadores de Miró y que sólo podrán salvar sus puestos quienes trabajen en tiendas que finalmente puedan ser vendidas a terceras empresas. Lo ha hecho mediante una carta a la que ha tenido acceso Economía Digital.
La dirección de la empresa ha convocado a una reunión el próximo 8 de septiembre para negociar con los representantes sindicales las condiciones de los despidos. Buzzi ha explicado a este diario que la compañía seguirá manteniendo su actividad y que la intención de la cúpula directiva es buscar la entrada de nuevos inversores y que la cadena mantenga la marca.
Despido y negociaciones
«Si bien inicialmente el procedimiento afecta a todos los trabajadores de la empresa, durante el proceso de tramitación del despido colectivo se espera poder alcanzar acuerdos con terceros que permitan que parte de las tiendas o de la central de la empresa puedan ser adquiridas por dichos terceros con la posibilidad de que parte de sus empleados puedan verse desafectados del despido colectivo», explica el director en la carta.
La cúpula de la empresa confía en que, en medio del proceso de despido colectivo, pueda vender sus activos a otras compañías. «Hay interés en el mercado para dar continuidad a la marca», explicó Buzzi en referencia a posibles compradores de las tiendas.
Miró ha intentado una alianza comercial con Worten pero las negociaciones no han llevado a buen puerto, al menos hasta ahora, según han informado fuentes cercanas a la compañía. Worten incluye en sus planes de crecimiento la adquisición de al menos diez tiendas en España durante este año.
Sorpresa para la plantilla
La decisión de Miró ha caído como un jarro de agua a la plantilla, que estaba inmersa en un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectaba a 119 empleados. Pero ahora, todos irán a la calle, a menos que Miró logre vender parte del negocio.
Los trabajadores afectados por el ERE inicial se encuentran con un permiso retribuido, pero no han cobrado la nómina de julio. Los trabajadores ya están fuera de la empresa, pero la compañía no cuenta con los recursos para abonar sus finiquitos, ha explicado un grupo de afectados.
«Algunos compañeros enfrentan una situación dramática porque no han podido pagar el mes pasado la mensualidad de sus hipotecas», explica uno de los trabajadores afectados. La nueva situación de la compañía complica aún más su delicada situación.