Mas entrega a la CUP el futuro de ATLL
Junts pel Sí acepta que la gestión del agua se decida en un proceso constituyente, lo que podría obligar al Govern a retirar la concesión para 50 años
La gestión del agua y de los recursos naturales es algo que preocupa a la CUP. Por ello, la privatización de Aigües Ter-Llobregat (ATLL) ha estado en la mesa de negociación entre Junts pel Sí y la formación independentista. Y la coalición de Artur Mas ha cedido a los cuperos a cambio de su investidura como president y dejará el futuro de la concesión del agua en manos de un debate constituyente.
La CUP considera que la gestión de los recursos debe ser pública o que, al menos, debe decidirlo la ciudadanía. Por ello, su propuesta, asumida por Junts pel Sí, es que haya un debate en la sociedad catalana sobre cómo se gestiona el agua.
El futuro de ATLL, que abastece a 4,5 millones de consumidores, se decidirá en este debate, que se celebrará en el marco del proceso constituyente que, según el acuerdo entre Junts pel Sí y la CUP, tendrá lugar como parte del proceso de independencia de Cataluña.
Una concesión ya muy enmarañada
Esta decisión amenaza de enmarañar todavía más la privatización de ATLL. En 2013, un consorcio liderado por Acciona obtuvo su concesión para 50 años, pero después de varios recursos administrativos y judiciales tanto por parte del Govern y de Acciona como de Agbar –que también optó al concurso–, la adjudicación se encuentra en el Tribunal Supremo, que podría anularla.
Si el Supremo anula la concesión podría hacerle un favor a Mas, ya que aunque debería devolver más de 300 millones de euros pagados por Acciona y pagar una indemnización, ATLL volvería a manos públicas y facilitaría la decisión futura de la gestión del agua. Si el TS ratificara la concesión, podría obligar al Govern a revocar la adjudicación, lo que generaría conflictos jurídicos.