Martinsa pierde 6.000 millones mientras su presidente gana otros 15
Fernando Martín no ha percibido en 2014 un bonus de 1,56 millones al incumplir el convenio de acreedores
Lo de fijarse uno mismo la retribución tiene sus ventajas. Aunque la empresa Martinsa-Fadesa lleve acumuladas pérdidas de casi 6.000 millones de euros en los últimos cinco años, su presidente, Fernando Martín, ha percibido en ese periodo unos 15 millones.
La mayor parte de esos emolumentos, 14 millones, cobrados directamente en su calidad de único consejero ejecutivo de la empresa por sueldo, remuneraciones fijas y dietas. El millón restante lo percibe a través de la representación en el consejo de tres de sus sociedades patrimonialistas FT Castellana Consultores Inmobiliarios, Femaral y Almarfe. Las dos últimas, acrónimos alterados del nombre y apellidos de su propietario, Fernando Martín Álvarez.
El ‘bonus’ perdido
Y podían haber sido más de cumplirse las condiciones de pago del convenio concursal. Pero el pasado 31 de diciembre de 2013, Martinsa no abonó el tercer plazo del acuerdo a los acreedores. Se incumplía así la condición para que Martín percibiera el primero de los bonus trianuales (2013, 2016 y 2019) pactados.
De haberlo hecho, se hubiera embolsado los 1,56 millones de euros correspondientes a una anualidad de retribución fija. Además, por extensión, quedan anuladas las dos restantes primas variables, las de 2016 y 2019, consistentes en dos y tres anualidades adicionales (tres y seis millones), respectivamente.
250.000 euros al mes
Con todo, han sido 250.000 euros mensuales los que Fernando Martín ha cobrado desde que en julio de 2008 el grupo inmobiliario tuviera que entrar en concurso de acreedores, arrastrado por un pasivo cuantificado en casi 7.400 millones de euros.
Entonces, el patrimonio neto negativo era de 494 millones de euros. Cinco años después, se ha elevado hasta 4.288 millones. Los ingresos por ventas obtenidos en 2013, de apenas 110 millones, contrastan con los 626 logrados al cierre de 2008, el primer año en concurso. Y el margen bruto ha ido en progresión a la baja constante, hasta situarse en 12,3 millones negativos. Solo los gastos financieros ascendieron el pasado año a 163 millones, 50 más de los ingresos logrados.
Salida en falso
Como consecuencia del deterioro de la actividad y de operaciones de dación en pago para reducir deuda, el valor de los activos se ha reducido de 7.000 a 3.000 millones de euros, lo que ha provocado una reducción de las pérdidas, por la aportación de menores provisiones. Los 2.437 millones perdidos en 2008 se han rebajado a unos números rojos que, después de la enésima rectificación anual, han quedado cuantificados en solo 652 millones de euros.
Números que, como muchos pensaban en 2011 cuando el juzgado aprobó el convenio de acreedores, iban a suponer una salida en falso de la situación concursal. Como ha quedado demostrado al no poder hacer frente, en diciembre de 2013, a apenas 18 millones correspondientes a la amortización parcial del 0,5% del pasivo previsto en el convenio de acreedores. Hasta ahora, había atendido los dos primeros pagos a finales de 2011 y 2012, pero a finales del año pasado no pudo hacerlo. No había con qué. En caja solo había ocho millones de euros.
Impagos fuera de concurso
Además de los casi 4.000 millones de deuda concursal, a finales de 2013 existían casi 310 millones de euros impagados correspondientes a préstamos con algunas entidades financieras extranjeras que no se acogieron al convenio de acreedores.
Solo los capotes echados por el Gobierno, tanto en suspender la aplicación de la ley de sociedades de capital, cuando el patrimonio neto de una sociedad se ve disminuido a consecuencia de pérdidas por deterioro en inmovilizado material, inversiones inmobiliarias y existencias o de préstamos y partidas a cobrar.
También con las modificaciones, casi continuas, de la ley concursal, que se llevan acometiendo desde hace dos meses, han impedido la definitiva disolución de Martinsa y que su presidente, Fernando Martín, siga intentando arrancar de los bancos la ansiada quita de la deuda para evitar lo imposible, tener que abonar más de 400 millones de euros a finales de 2014.