Maria Reig, la rica andorrana, baja de la nube
Desde el inicio de la crisis, la empresaria ha transformado su fondo de 'private equity' en un 'family office' y ha visto como sus inversiones perdían valor en el mercado. También ha reculado su influencia política en el ayuntamiento de Xavier Trias
Maria Reig es una de les empresarias con más poder (y dinero) de Andorra, aunque nació en Barcelona. Su familia es la propietaria de la Banca Reig, los almacenes Pyrénées y tienen negocios en el tabaco. Siguiendo la estela familiar, a lo largo de sus 61 años ha ampliado y diversificado las empresas que tiene en propiedad. Un trabajo paralelo a la actividad política, tanto en el pequeño país de los Pirineos como en la capital catalana. Pero la crisis y los procesos electorales le han bajado de la nube.
La semana pasada firmaba la venta del edificio de la antigua sede de Winterthur en la plaza Francesc Macià a un fondo británico. Una decisión que deja en agua de borrajas el intento de Reig de convertir el edificio en el primer hotel de la cadena Edition en la ciudad, el segmento más lujoso de Marriott. “Era la mejor decisión posible, ya que no encontró el capital necesario para realizar la inversión”, aseguran desde su entorno. La compañía filtró la información sin desvelar el precio percibido por la venta, lo que ha disparado la rumorología sobre su rentabilidad.
La multinacional estadounidense dio luz verde al proyecto si la empresaria inyectaba los fondos necesarios para transformar el inmueble. Requería 30 millones de euros y ni siquiera Andbank –la entidad nacida tras la fusión de la Banca Reig y el Banc Agrícol i Comercial d’Andorra en 2001– le ha concedido el préstamo. “Cada banco tiene sus políticas internas y está regulado”, afirma el mismo interlocutor. También La Caixa le había limitado la financiación, según otras fuentes financieras.
De fondo de inversión a ‘family office’
La joya de la corona de la empresaria es Reig Capital Group. Nacido inicialmente como fondo de inversión con sede en la Torre Barcelona, en los últimos años ha despedido a 20 personas del equipo inicial y se ha transformado en un family office más. Actualmente, “tiene el 60% de los despachos vacíos”, comentan algunos trabajadores.
Los analistas consultados por Economía Digital coinciden en que está en horas bajas y, con todo, desde el entorno de la compañía aseguran que dispone de 15,2 millones de euros para invertir a corto plazo a través Miura Private Equity, sociedad inversora en la que participa.
Cambio de dirección
“Maria Reig no ha perdido un solo euro, sus negocios han perdido valor en el mercado”, afirman fuentes conocedoras del patrimonio de la empresaria. Entre las salidas más sonadas del grupo está la del consejero delegado en 2009, José Caireta. Señalado como culpable de las inversiones dudosas de la andorrana, la relación entre ambos es cordial. Caireta aún forma parte consejo de administración de Miura, es uno de los inversores, y de la publicación Monocle.
Por otro lado, el actual consejero delegado de Reig Capital Group, Alejandro Hernández-Puértolas, fue uno de los fichajes de Caireta.
Actividad política y social
Mientras la compañía adopta posiciones más conservadoras para asegurar las líneas de negocio actuales –entre los proyectos más destacados está ampliar el número de suites del Hotel Mandarín— Reig también ha perdido influencia en la capital catalana. Mantiene buena relación con todas las fuerzas políticas municipales, pero con el desembarco de Xavier Trias en la alcaldía ha visto como se delimitaba su relevancia a la hora de plantear las grandes políticas económicas de Barcelona.
Ha pasado de dirigir el plan estratégico de la región metropolitana a fundar una plataforma ciudadana de pensamiento y acción, Barcelona Global. Un lobby que preside el ex directivo de Applus y representante de la Generalitat en los consejos de Spanair y Ficosa durante el gobierno tripartito, Joaquim Coello. También forman parte del proyecto el presidente de Abertis, Salvador Alemany, y el de Freixenet y Fira de Barcelona, Josep Lluís Bonet, entre otros.