Los Sanahuja pagan en especies a la Agencia Tributaria
La familia de constructores entrega bienes inmobiliarios y acciones a Hacienda por valor de 15 millones de euros
Los Sanahuja ya han pagado al Fisco. La familia de constructores ha satisfecho la responsabilidad civil que se les exigía por fraude fiscal por valor de 15 millones de euros, según informan fuentes judiciales. No obstante, los bienes consignados son activos inmobiliarios y acciones de diferentes sociedades, por lo que la Agencia Tributaria debe realizar una valoración para comprobar su valor real.
El fiscal Ricardo Sanz-Gadea solicitó la semana pasada para Román Sanahuja y su familia penas de cuatro años de cárcel, además de la responsabilidad civil, por fraude en el Impuesto de Sociedades del ejercicio 2007. Los mismos interlocutores judiciales apuntan que hasta la fecha no se han producido contactos para lograr un acuerdo de conformidad. Además, añaden que ven poco probable que esta vía prospere.
Trama
El caso –instruido en el juzgado 16 de Barcelona– se centra en la venta de las participaciones de Inversiones Tres Cantos e Inmobiliaria Colonial por parte de la sociedad Rua Nova, administrada por Javier Sanahuja. La compañía obtuvo unas plusvalías de 52 millones de euros. Tal cantidad pasó posteriormente a las arcas de Sacresa. Por el beneficio obtenido, se debería haber pagado 15 millones de euros. Tal ingreso no se realizó.
Rua Nova modificó su periodo impositivo, de tal manera que la plusvalía obtenida se situó en un ejercicio anterior. Después, se otorgó escritura pública de fusión por absorción de Rua Nova por Sacresa. No obstante, la Agencia Tributaria vio algo raro en el proceso de fusión y abrió una investigación en 2009. Los Sanahuja intentaron salvar los muebles con declaraciones complementarias del Impuesto de Sociedades.
El cambalache supuso que los Sanahuja tuvieron que rectificar las cuentas anuales de Sacresa depositadas en el registro mercantil para que los números cuadrasen. Incluyeron unas pérdidas financieras de 38 millones de euros por la diferencia del valor de contratos swaps y permutas financieras. Pese a los esfuerzos, la estrategia fue en vano.