Los Grífols culpan al 1-O de los males de su cava
El grupo Juvé & Camps lamenta una caída de las ventas en la segunda mitad de 2017 por culpa “de los eventos políticos y la fuga de turismo” en Cataluña
El cava pone cifras al impacto del referéndum del 1 de octubre en sus cuentas. Y los afectados son unos de los empresarios más afines al soberanismo: la familia Grífols. La saga catalana que controla la farmacéutica Grifols adquirió en noviembre “una parte significativa” de Juvé y Camps —la tercera empresa del sector—. Tiempo suficiente para aprobar las cuentas de 2017 y culpar al clima político de octubre y los atentados yihadistas del 17 de agosto de que los resultados no fueran los esperados.
Las cuentas del grupo presentadas al Registro Mercantil aseguran que los números de la sociedad Distribuidora de Primeras Marcas –responsable del 40% de la facturación del conglomerado cavista— sufrieron “una bajada inusual de las ventas en octubre y noviembre, principalmente debida a los eventos políticos y la consecuente fuga de turismo, sobre todo nacional”.
El informe firmado por Víctor Grífols Roura, presidente no ejecutivo de la farmacéutica, y los representantes de la familia Juvé que se mantienen en el accionariado también lamenta el decepcionante mes de agosto “debido a una bajada del turismo de hasta el 30%” por los atentados terroristas del 17 de agosto en Las Ramblas de Barcelona y Cambrils.
Ambos factores truncaron «un excelente primer semestre de ventas en prácticamente todas las bodegas y provincias». Confían en revertir la tendencia: “Esperamos un 2018 relativamente próspero” vista la cierta vuelta a la normalidad desde el inicio del año.
El grupo de Juvé y Camps estancó los resultados en 2017, el mismo camino que los grandes del cava
Pero el golpe ya fue recibido y el conglomerado que tiene como cabecera a Scranton Enterprises, la sociedad patrimonial de los Grífols establecida en los Países Bajos, estancó sus números en 2017 igual que hicieron la mayoría de empresas del sector. La subida del 1,53% de la facturación, que saltó de 39,2 millones a 39,8 millones, quedó compensada con una caída de los beneficios del 1,56%, de 2,56 millones hasta 2,52 millones.
Junto con el parón, el grupo recortó a un tercio los dividendos distribuidos durante el ejercicio. Si en 2015 retribuyó con 900.000 euros a los accionistas, la cifra aumentó hasta los 1,2 millones en 2016. Sin embargo, el pasado año el pago se quedó en apenas 415.000 euros.
La atonía en los resultados se produjo también en las dos grandes filiales. La citada Distribuidora de Primeras Marcas, que también comercializa productos de terceros, elevó ligeramente los números al impulsar los beneficios desde los 1,26 millones hasta los 1,36 millones de euros y la facturación desde los 15,1 hasta los 16 millones de euros.
Mientras, la productora Juvé y Camps recortó las ventas desde los 23,9 hasta los 23,6 millones. Las ganancias también cayeron al bajar desde los 1,78 millones hasta los 1,55 millones.
La entrada de los Grífols en el sector del cava
La entrada de la saga catalana a la tercera mayor empresa del sector del cava se cerró el pasado 13 de noviembre a través de Scranton Enterprises, también segundo accionista de la farmacéutica familiar con el 8,67% del capital. Capitaneada por Víctor Grífols Roura, es una de las principales ramas de la segunda familia más rica de Cataluña tras los Daurella (Coca-Cola).
Los Grífols compraron las acciones a una de las partes fundadoras de Juvé y Camps, los Rosal Juvé, en una operación de la que no se conoce ni el porcentaje adquirido ni el capital abonado. La adquisición no varia, según las fuentes del grupo consultadas, la orientación de la firma enfocada en el segmento de precios altos. Sí deberá dotarla de mayor músculo para la internacionalización, apartado en el que la compañía sí reconoce dificultades a pesar de exportar ya a varios mercados de la Unión Europea, Estados Unidos y Japón.