Los documentos que delatan los engaños de Fraile en la CCC
El secretario general presentó a la cúpula de la CCC unos números rojos muy inferiores a los reales en 2013 y 2014, ejercicios que no auditó
La crisis y sus efectos en las subvenciones públicas fue demoledor para muchas patronales. La Confederació de Comerç de Catalunya (CCC) no pudo capear este temporal y su ex secretario general, Miquel Àngel Fraile, decidió dejarlo pasar maquillando las cuentas y engañando a la cúpula de los comerciantes catalanes.
Fraile era el amo y señor de la principal patronal catalana del comercio. Era secretario general desde la fundación de la CCC, en 1985, y los socios confiaban en él. Abusando de esta confianza, cuando llegaron los peores años para las regadas cuentas de la organización, presentó una memoria con pérdidas muy inferiores a las reales, que han aflorado ahora con las últimas auditorías.
Según la memoria de 2014 que presentó Fraile, a la que ha tenido acceso Economía Digital, y que puede consultarse íntegramente en este enlace, la Confederació de Comerç perdió 19.793 euros en 2014 y 136.156 euros en 2013. Estas cifras contrastan con las que ahora han descubierto y que ha publicado este medio –la CCC sigue sin colgarlas en su web a pesar de estar obligada por la ley de transparencia–.
En 2013, la organización perdió 1,5 millones, es decir, 11 veces más de lo que aseguró el ex secretario general. En 2014, la diferencia todavía fue más desproporcionada: la CCC perdió 930.000 euros, 47 veces más de lo que aseguró Fraile en la memoria que presentó ante la ejecutiva a mediados de 2015.
Más gastos
El documento que llevó ante la ejecutiva no explicaba las causas de las pérdidas, pero sí que recogía el incremento de prácticamente todas las partidas de gastos, algo poco habitual en una entidad en números rojos. La que más crecía era para sueldos, un 23%: de 664.000 a 816.000 euros de coste para la CCC.
Como informó Economía Digital, Fraile y su mujer, Rosa María Serrano, que era directora de Formación de la Confederació, se subieron el sueldo durante los peores años para la patronal. Precisamente en 2014, ejercicio al que hace referencia la memoria, Serrano pasó de tener un contrato de media jornada a jornada completa.
Ejercicios sin auditar
¿Cómo pudo Fraile engañar a la cúpula de los comerciantes con estos resultados? Para empezar, no los auditó. O, si lo hizo, no presentó los resultados. De hecho, las auditorías de 2013 y 2014, realizadas, como las anteriores, por Cortés y Asociados, están fechadas hace menos de dos meses: en abril de 2016.
Fuentes cercanas a la organización explicaron a este medio que Fraile aprobaba las cuentas en las reuniones por omisión. Explicaba los números a vuelapluma, justificaba las pérdidas que presentaba por las deudas de las administraciones por formación, y si nadie decía nada, se daban por aprobadas.
Pero no es sólo que nadie dijera nadie, es que apenas se presentaban los miembros del consejo. Las reuniones eran en petit comité, e incluso Fraile hacía acudir a los delegados territoriales, a pesar de que no eran miembros oficiales del comité ejecutivo, para simular foro.
La pérdida de la confianza
La otra clave para que pudiera tirar hacia adelante estas cuentas era la confianza absoluta de la que gozaba por parte de los comerciantes, arropado por Pere Llorens, presidente de la CCC desde el primer día y hasta su fallecimiento, en abril de 2015. Precisamente su muerte fue el inicio del fin de Fraile en la secretaría general.
La sustituta de Llorens, Maria Rosa Eritja, era en principio cercana a Fraile: cuando asumió la presidencia llevaba varios años de vicepresidenta. El ex secretario general seguía llevando la batuta y Eritja, presidenta de los comerciantes de Lleida, no pasaba mucho por la sede de Barcelona y pintaba más bien poco.
Todo cambió, sin embargo, cuando Eritja vio los números y se le encendieron todas las alarmas. La presidenta empezó a ir a las reuniones con Fraile con un abogado y encargó una auditoría, en la que afloraron las pérdidas reales y tras la que fulminó al secretario general. El motivo oficial fue «pérdida de confianza».
Las excusas de Fraile
Fraile intentó justificar las diferencias entre las pérdidas reales y las que constaban en sus resultados aduciendo cambios contables en 2014, que le obligaron a contratar personal para formación, y en la no obtención de subvenciones previstas, así como la reducción de los programas para formación.
Estas excusas no convencieron a Eritja ni a la mayoría de miembros de la patronal de los comerciantes catalanes, que apoyaron a la presidenta en su decisión de prescindir de Fraile. A pesar de estar cesado de sus cargos, continuó yendo a su despacho hasta que, la semana pasada, se le dio la carta de despido y no se le dejó acceder al edificio de Foment del Treball, donde está la sede de la CCC.
Pese a este agrio adiós, la Confederació está siguiendo el plan de viabilidad diseñado por su ex secretario general para recortar la estructura y reducir costes. Ya ha despedido a la mitad de la plantilla y ha cerrado la mayoría de sus delegaciones territoriales, como avanzó este medio.