Los ‘dinosaurios’ de la CEOE plantarán cara a Rosell
Antonio Garamendi se rodea de ex directivos de la época de Cuevas y Díaz Ferrán para construir una candidatura alternativa
Antonio Garamendi es el primer rival confeso de Juan Rosell, en el caso de que el empresario catalán decida repetir como líder de los patrones españoles. La afirmación no es noticia en la definición ortodoxa del término, pero sí desde otra vertiente menos explicada. Las próximas elecciones a la CEOE podrían suponer el retorno de los “dinosaurios” –así se refieren a ellos varios empleados— de la patronal. Directivos de la etapa del mítico José María Cuevas y del ahora repudiado Gerardo Díaz Ferrán, la vieja guardia, han impulsado la candidatura del empresario vasco a las próximas elecciones.
Al frente de la campaña electoral está Gonzalo Garnica. Se trata del director de comunicación de la patronal en la etapa de Cuevas. La llegada de Rosell le desplazó a la secretaría general de Cepyme entre 2011 y 2012. Abandonó la institución ese año con un plan de pensión de 600.000 euros e ingresó en la agencia de comunicación Llorente y Cuenca. Desde la nueva atalaya, donde continúa en contacto con los medios, ha orquestado la puesta en escena de Garamendi, antiguo consejero de Red Eléctrica.
Balanza de poder
¿Qué posibilidades de éxito tienen? Por ahora es difícil de calibrar debido a que la CEOE debe componer la comisión electoral. Se trata del órgano que elige presidente y al que pertenecen vocales de las organizaciones territoriales y sectoriales. El peso de cada una de ellas está por definir. Se calibra en función de las cuotas que pagan, pero la crisis ha obligado a sacrificar ciertas parcelas de poder por pura necesidad. Algunos afiliados a la CEOE han pedido la reducción de tarifa a cambio de ceder peso.
El próximo 5 de noviembre se esperan novedades sustanciales respecto a la morfología de la comisión que eligió a Rosell en 2010. A la espera de la aplicación de las normativas, el pulso de los empresarios arroja una clara ventaja para Rosell entre las grandes corporaciones. Éstas influyen sobre manera en las organizaciones sectoriales. Los principales empresarios del país valoran el trabajo de modernización liderado por la actual junta directiva y desean que siga. Algunas agrupaciones, como la automovilista Anfac, han pedido continuidad y apoyarán a Rosell. Consciente de esta realidad, Garnica ha planteado un pulso territorial, según distintas fuentes.
Desmentidos contra Garamendi
La entrada en escena de la posible candidatura alternativa ha generado, sin embargo, una oleada de desmentidos sotto voce. La patronal valenciana, citada como una de las territoriales que apoya al aspirante, ha desmentido, periódico a periódico, que haya tomado una posición sobre sus preferencias. La oposición a Rosell tampoco tiene asegurado el País Vasco, tierra de Garamendi. Confebask cambiará de cúpula en tres meses. Aunque el actual presidente, Miguel Ángel Lujua, vela armas contra Rosell por su malestar con la reforma de la ley de mutuas, apenas podrá influir en los vocales que acudirán a las elecciones de la CEOE.
En todo caso, el primer paso de Garnica será reunir los avales mínimos para que su candidato pueda hacer oficial la candidatura entre el 5 de noviembre y el 10 de diciembre. Precisa el respaldo de 20 vocales pertenecientes a cuatro agrupaciones distintas. Las patronales de electrónica, construcción y la del metal podrían respaldarle. Se trata de las más descontentas con la gestión de Rosell. La batalla final estará, a pesar de ello en Madrid, donde el actual vicepresidente de CEIM, Juan Pablo Lázaro, será decisivo para decantar el resultado.
La batalla de Madrid
¿Qué se puede esperar de Lázaro? Distintas fuentes empresariales consultadas definen a la antigua mano derecha de Arturo Fernández como un hombre que avanza paso a paso. En pocas semanas podría asumir la presidencia de la todopoderosa patronal capitalina y, aunque aspira a ocupar la posición que ahora desempeña Rosell, plantará cara a partir de 2018. Esta opción daría pie al pacto. Que Lázaro presida la CEOE es una posibilidad que Rosell contempla como una expectativa natural. El empresario catalán no quiere perpetuarse en el cargo y opina que la sangre fresca debe incorporarse a las patronales.