Los alquileres que vienen: subidas por adelantado sin base en el IPC
El alquiler de viviendas cambia radicalmente en la era de los fondos. Los aumentos se disparan cada año, al margen del IPC
El mercado del alquiler en España en la era de los fondos de inversión está aflorando modalidades hasta ahora nunca vistas. El precio del alquiler ya no se actualiza en función del IPC como era habitual, sino que se pronostica su subida por adelantado y de forma unilateral.
Los fondos de inversión comienzan a aplicar nuevas reglas al mercado. Ahora deciden un precio por año (al alza) durante los tres años de contrato. El primer año se establece un precio fijo, durante el segundo año se aplica otro más elevado y termina con una renta disparada en el tercer año.
La actualización del alquiler por IPC, mayoritario hasta ahora en España, se sustituye por subidas mayores
La actualización por IPC, hasta ahora mayoritaria en España, ha desaparecido en los contratos firmados por los grandes fondos de inversión que aplican condiciones de contrato mucho más ventajosas para el arrendador. Los fondos, que han acaparado prácticamente todos los activos inmobiliarios que acumuló la banca durante los años de excesos del ladrillo, extienden la fórmula en pisos casi siempre reformados y amoblados.
Los fondos advierten de que el precio anunciado en los portales inmobiliarios se refieren sólo al primer año. Los años siguientes sufren aumentos de hasta 7%, casi siete veces más que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registrado el año pasado: 1,2%.
Los nuevos anuncios
Fidere, la filial española del fondo Blackstone, ha sido una de las primeras inmobiliarias en aplicar los precios de los pisos por año. Un anuncio en el portal Idealista que promociona viviendas de alquiler en el Ensanche de Vallecas (Madrid) avisa que el tercer año de contrato de alquiler supondrá un aumento del 6,6%. “Renta año 1: 680€, renta año 2: 700€ y renta año 3: 725€”, explica el anuncio.
Blackstone compró las viviendas de protección oficial del Ayuntamiento de Madrid en 2013 por 220 millones de euros. Apenas tres años después, el valor de las viviendas se disparó hasta los 660 millones, según las cuentas de la compañía. La forma de comercializarlos también es distinta.
Algunos de sus pisos son mostrados por empresas subcontratadas como BNP Paribas en la que extraen información a los interesados casi sin darse cuenta. Al final de la conversación telefónica, le avisan que su información personal han sido incorporada en su base de datos.
El anzuelo
La venta de las viviendas se promocionan como cualquier otro producto o bien de consumo. La compañía describe en todos sus anuncios que si los inquilinos firman el contrato de alquiler antes de fin de mes, obtendrán importantes descuentos u ofertas. El encabezado del anuncio siempre es el mismo. “Ofertas: si firmas contrato antes de que finalice el mes: 30% de descuento en los primeros tres meses de renta”, relata el anuncio.
Pero el gancho que intenta apurar a los interesados en firmar los contratos se mantiene siempre con el mismo enunciado. Siempre la oferta está vigente para antes de fin de mes. Los meses transcurren y las ofertas de Blackstone continúan vigentes para sus promociones.
Los fondos ofrecen pisos con el gancho de un descuento importantes si se firma antes de final de mes
La nueva pauta de las promociones de pisos de fondos de inversión también se ha centrado en pisos turísticos en los centros de las ciudades. La concentración de viviendas en manos de los fondos ha hecho que un parque de unas 3.000 viviendas en Madrid estén en manos de diez sociedades o propietarios. Y mientras los alquileres siguen subiendo, por adelantado.
Los contratos de alquiler son, en todos los casos, de un máximo de tres años de duración. Los fondos tuvieron una participación estelar en influir en el gobierno de Mariano Rajoy para que redujese los contratos de alquiler de cinco a tres años en 2015.
El fondo Blackstone incrementa la facturación en España pero acaba de refinanciar 543 millones de euros de la deuda de su filial Fidere para, entre otras cosas, poder repartir entre su cúpula unos bebeficios de más de 120 millones de euros para premiar los nuevos esquemas comerciales del alquiler en España. El modelo que, casi con seguridad, se terminará imponiendo.