Las patronales catalanas dan la espalda a los empresarios soberanistas
Invitan al Cercle Català de Negocis a seguir “los circuitos legales necesarios” si quiere ser representativo
El profesional liberal, el joven empresario, responsable de una pequeña o mediana sociedad, está presente en las redes sociales. Considera que forma parte de la propia dinámica empresarial, y da a conocer su opinión. A algunos, les mueve un horizonte: la independencia de Catalunya. Y se han propuesto cambiar todo lo que sea necesario. Frente a ellos, están las patronales reconocidas por las administraciones, las que tienen la capacidad de firmar convenios colectivos. El choque, aunque con pesos desproporcionados, ya se ha producido.
El Cercle Català de Negocis (CCN) insiste en que las grandes patronales no representan al tejido empresarial catalán. Pero Foment, Pimec, Fepime, la Cambra de Comerç o Cecot, no quieren entrar en la batalla. Le dan la espalda a ese movimiento y quieren centrarse en las dificultades de la economía catalana y las medidas que se deberían tomar para reactivarla.
La representatividad no se pone en duda. El presidente de Fepime, y vicepresidente de Cepyme, Eusebi Cima, no tiene dudas al respecto. “Las patronales que representan al mundo empresarial son las que están reconocidas por la administración, las que pueden firmar convenios colectivos, y si alguien aspira a esa representatividad lo que debe hacer es seguir los cauces legales para lograrlo”, asegura, el también vicepresidente de Foment.
La defensa de las grandes corporaciones
Pero el Cercle Català de Negocis influye. Ha conectado con las nuevas generaciones y trata de que se generalice un mensaje: que las patronales defienden los intereses de las grandes corporaciones. Un dirigente patronal, de las que estarán el 14 de febrero en el acto empresarial en la Fira de Barcelona, asegura que los representantes de las empresas “no pueden moverse por criterios estrictamente políticos, ni únicamente por la independencia de Catalunya”.
La aseveración, para nada establecida de forma premeditada, sino que surge con cierta espontaneidad, es que el Cercle Català de Negocis, ya puede decir lo que crea oportuno. “Si quieren ser un grupo de presión, perfecto, otra cosa es que deseen ser representativos”, aseguran fuentes patronales.
El secretario general del Cercle Català de Negocis, Joan Canadell, mantiene las tesis del colectivo con vehemencia. El objeto de deseo es Foment del Treball. Y asegura que las patronales que han convocado el acto del 14 de febrero “no pueden hablar en nombre de los empresarios catalanes”.
El acto del 14 de febrero se magnifica
La paradoja es que el propio CCN está magnificando ese acto empresarial. Fuentes de las patronales que agrupan a las pequeñas y medianas empresas consideran que los empresarios se limitarán a fijar medidas que puedan reactivar la economía, y que no se abordará la situación política, ni el proyecto soberanista del president Artur Mas.
Eusebi Cima, que nunca suele esconderse, deja claro que los empresarios deben ahora ejercer un papel muy concreto: “Hay que prepararse y fijar las condiciones para que a finales de este año las empresas puedan protagonizar la reactivación económica. Dejaremos la recesión, pero hay que saber aprovechar la situación para poder crecer”, asegura.
La afirmación de Cima, sin embargo, constata que las patronales lo que desean es concentrar esfuerzos, acompañar al Govern de Artur Mas, pero exigiéndole también que adopte, dentro de sus posibilidades, las medidas que sean necesarias para facilitar el crecimiento económico. ¿Se trata de una apelación a que deje de lado su proyecto político de carácter independentista? Las patronales contestan esa pregunta con una apelación: es necesario el diálogo entre el Gobierno catalán y el Ejecutivo de Mariano Rajoy, y más pronto que tarde. Pero prefieren no posicionarse claramente.
Quieren hablar sólo de condiciones y oportunidades económicas. Esa tesitura la comparten todas las patronales catalanas. De hecho, el presidente de Pimec, Josep González, condicionó su participación en el acto del 14 de febrero a que no se convirtiera en un acto político.
La posición del Cercle d’Economia
El problema es que para muchos jóvenes empresarios la mejora económica de Catalunya sólo se podrá producir con un cambio drástico, con la propia independencia del país. Así lo cree Canadell y el presidente del CCN, Ramon Carner.
En el comunicado en el que se anima a sus 700 asociados –sólo Foment tiene 1.500 asociados, entre asociaciones sectoriales y grandes y medianas empresas—a participar en el acto del 14 de febrero, reivindicando la independencia de Catalunya, el CCN asegura que la patronal que preside Joaquim Gay de Montellà debería “interiorizar” que la actual situación está llegando a su fin.
En el otro lado, el Cercle d’Economia, que ejerce de lobby económico desde hace décadas, valora su participación en el acto. Su presidente, Josep Piqué, podría asistir. Desde hace meses, Piqué mantiene que Mas se ha equivocado con su proyecto soberanista.
En cualquier caso, el CCN, pese a su falta de representatividad, está agitando las aguas de la empresa catalana.