La tozudez de Fernando Martín aboca a Martinsa-Fadesa a su final
Planteaba a los acreedores que se quedaran con suelos y otros activos, y que la inmobiliaria mantuviera los inmuebles más valiosos
Al final, la tozudez demostrada por Fernando Martín en la negociación con sus acreedores, para intentar salvar por última vez a Martinsa-Fadesa, resultó definitiva para abocar a la inmobiliaria a su liquidación definitiva. «Quería pagar el 95% del pasivo con el 60% del activo. Y eso era algo inadmisible», comentan fuentes próximas a los acreedores.
Una posición de prepotencia, la mantenida por Martín, sin base alguna para hacerlo. «Martinsa no tenía plan de negocio, ni activos, ni empleados, ni nada», apuntan las mismas fuentes.
Auto de liquidación
A partir de ahora, y una vez que el magistrado titular del juzgado de lo Mercantil 1 de A Coruña dicte el auto de liquidación, se pondrá en marcha el proceso de reparto de activos. «A cada uno que le toque lo que le toque, pero teniendo certeza y conocimiento de los activos, no como, en algún caso, ha tratado Martinsa de ocultar durante este largo proceso de negociación», señala el conjunto de acreedores.
Al respecto, se quejan los bancos de esa manipulación de datos poniendo sobre la mesa el hecho de que activos valorados por la inmobiliaria en casi 1.000 millones se reducían en un 75% tras ser tasados por un experto independiente.
Activos a repartir
En ese reparto, más de 300 ámbitos residenciales de suelo por desarrollar, cerca de 1.500 viviendas y 70 filiales empresas en España, Portugal y varios países del Este de Europa.
En los últimos días, hasta el juzgado se habían acercado algunas entidades financieras acreedoras a adherirse a la modificación del convenio propuesto el pasado 30 de diciembre por Martinsa-Fadesa.
Acreedores representativos de apenas el 10% de la deuda, muy lejos del 75% de los créditos ordinarios, el porcentaje mínimo necesario para que el juez hubiera aprobado la modificación propuesta por la empresa. Además de los 3.500 millones de créditos ordinarios, la inmobiliaria suma otros 2.600 millones más de deuda, con lo que su pasivo supera los 6.000 millones.
El referente de Sareb y Caixabank
Al final todo pasaba por la decisión que tomaran tanto Sareb como Caixabank, acreedores principales con 1.458 y 908 millones de euros, respectivamente. Si el banco malo y la entidad catalana hubieran aceptado la propuesta seguramente el resto de acreedores les hubieran seguido. Pero ambos dijeron que no. «Nosotros, ante todo, tenemos que velar por el préstamo que tenemos que devolver, y con la propuesta de Martinsa no podíamos acarrear», explican señalan desde la Sareb.
Como se veía venir, ha pesado lo suyo en esta decisión de la banca la reciente sentencia del Tribunal Supremo, desestimando la reclamación de 1.576 millones de euros que Martinsa-Fadesa pedía a Manuel Jove y Antonio de la Morena –presidente y consejero delegado de Fadesa– por responsabilidad social en la venta de la inmobiliaria gallega. Martinsa, en el convenio presentado a los bancos, contaba con ganar el recurso y pagar parte de las deudas financieras con el dinero obtenido. Pero no fue posible.
Situación similar de Reyal Urbis
Más allá de la liquidación en sí, la caída definitiva de una inmobiliaria como Martinsa-Fadesa supone un duro golpe a esa supuesta recuperación del mercado inmobiliario que, según algunos, se está produciendo.
Además, la de Martinsa puede que no sea la única liquidación de una gran inmobiliaria a corto plazo. En una situación muy similar se encuentra Reyal Urbis, el grupo promotor presidido por Rafael Santamaría. También ha presentado una propuesta de convenio –en este caso, el primero, dos años después de entrar en concurso– en el que también se pone entre la espada y la pared a los acreedores.
Viene a decir a los bancos que acepten una quita del 80% de los 3.500 millones de euros de pasivo y que los aproximadamente 700 millones no afectados por la quita sean canjeados en operaciones de dación en pago mediante sorteo.