La sombra del fracaso persigue a Rakuten TV en su expansión
Rakuten TV, la división audiovisual del grupo japonés en Europa, encara seis meses cruciales para posicionarse a nivel mundial como plataforma de referencia
Rakuten TV, el servicio de vídeo bajo demanda y pago por visión del gigante japonés, encara seis meses cruciales para cerrar el año con los deberes hechos. La compañía dirigida desde España por Jacinto Roca busca la forma de crecer en su expansión internacional para que las pérdidas acumuladas no sigan lastrando a la compañía. Se trata de un momento importante para el grupo, que todavía no ha conseguido rentabilizar su apuesta y ya cerró en España su portal electrónico pese a las buenas expectativas.
Conocida hasta hace unos años como Wuaki TV, concretamente hasta que Rakuten se dejó 300 millones para esponsorizar al FC Barcelona, la compañía es una plataforma que, a diferencia de las ya conocidas Netflix, HBO y Amazon Prime, combina el vídeo bajo demanda con el pago por visión, hasta el punto de dar más peso en sus contenidos a la segunda opción que a la primera.
El recorrido de la compañía hasta el momento ha sido más bien discreto. Se desconoce el alcance de la plataforma — la compañía no ofrece cifras actuales de usuarios — y su estado actual de salud, pero los pocos indicadores disponibles hasta el momento no son los mejores.
Una muestra son los resultados económicos. Los datos del Registro Mercantil de España revelan que en 2017 Rakuten TV Europe arrojó pérdidas por valor de 19,8 millones de euros, un 1,53% más respecto al año anterior.
Los números rojos se acumulan en la compañía. De acuerdo a información de la matriz de Rakuten en Europa (Rakuten Europe Sarl), domiciliada en Luxemburgo, las pérdidas se acumulan. Economía Digital preguntó por estos resultados a la compañía, pero no obtuvo ninguna respuesta.
Que la división audiovisual de Rakuten es un negocio deficitario es algo que conocen en la sede central del gigante nipón. La compañía dirigida por Hiroshi Mikitani, el quinto hombre más rico de Japón, no ofrece cifras actualizadas en su presentación a inversores, pero tampoco duda en reconocer que Rakuten TV es una máquina de perder dinero.
Hasta el momento, cada año se ha subsanado con aportaciones millonarias desde la sociedad radicada en el Gran Ducado. En concreto, la información depositada en el Luxembourg Business Registers muestra que se han inyectado cerca de 97,77 millones de euros desde 2014.
Una expansión con incógnitas
Este 2019, año en el que se anunció a principios de año una expansión sin precedentes, con el salto a otros 30 países más, será crucial. El plan de Rakuten, un gigante que opera en más de 70 negocios, es llegar a 42 países con su servicio audiovisual. No obstante, entre el listado se encuentran territorios muy pequeños como Liechtenstein, Ciudad del Vaticano, Islas Feroe o Gibraltar.
Las cifras de implantación, dejando el lado el tamaño del mercado, siguen estando por detrás de la del resto de plataformas de vídeo bajo demanda. Netflix está en prácticamente todo el mundo, salvo casos muy concretos como el de China, donde no se descarta que aterrice, u otros como Crimea, Corea del Norte o Siria, donde se imponen las restricciones del gobierno de los EEUU sobre empresas americanas. Es una situación similar a la de Amazon (200 países) o a la de la plataforma de HBO (150 países).
El resultado de su expansión dependerá en gran medida de cómo funcionan los acuerdos adquiridos con los fabricantes de televisión, como Samsung Electronics, LG, Philips y Hisense. La clave es llegar a más público comercializando un mando a distancia que incluye el botón de la plataforma en varios televisores inteligentes, en los que la aplicación viene instalada por defecto.
Fuentes cercanas inciden en lo crucial que es este año. «A través de la introduccion del boton en los mandos Rakuten llegará a estar en todos los países, pero el pico de ventas de televisiones suele tener lugar en el tercer trimestre del año».
Posicionamiento de Rakuten en España
Pese a que los foncos están puestos en la expansión, situación en el mercado nacional es mucho más importante. España, con Barcelona como sede de Rakuten TV, es la primera fuente de ingresos (aproximadamente 70% del total). La clave de su negocio está en transformar el modelo de distribución cinematográfica, reduciendo el tiempo que hay entre el estreno en cines y el estreno en plataformas digitales de una película.
Fuentes del mercado consideran que los errores de Rakuten están en su posicionamiento, que provoca que la gente no termine de entender qué ofrece exactamente —establece una cuota mensual pero luego obliga a pagar por determinados contenidos— ni de qué otra plataforma es alternativa. «No la tenemos en el radar ni siquiera como competencia», apunta una voz autorizada de una de las empresas de telecomunicaciones más importantes en España.
Fuentes del mercado señalan que uno de los errores de Rakuten TV es volcarse por el sector del pago por visión
Fuentes de otra compañía telefónica señalan la elección del pago por visión como una mala apuesta. Para muestra, un dato: el número de contrataciones de películas a través de este método ha pasado de 1,70 millones a 1,17, anotándose una caída del 31% en dos años (de 2016 a 2018).
Son datos de la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC), el mismo organismo que calculaba en 2017 que la penetración en los hogares de Rakuten TV era cercana al (1%), dejándolo por detrás de Amazon (3,5%), Netflix (9,1% ) o HBO (2,3%).
Entre los acuerdos de partnership de Rakuten en España destaca el que tiene con Orange, que comercializa la plataforma a través de un paquete convergente a su televisión privada. La compañía francesa le abre la puerta ahora mismo a más de 700.000 usuarios de televisión, menos que los que tienen las de Vodafone y Movistar. Pero eso no supone que todos ellos utilicen Rakuten.
Lo cierto es que el nombre de Rakuten en España se ha asociado más a su papel como inversor en otras compañías tecnológicas, como Glovo o Cabify, de la que es uno de los accionistas de referencia, con el 47% en las acciones.
El fracaso de Rakuten en España con su portal electrónico
Rakuten se enfrenta a la posibilidad de consumar un fracaso como el que ya protagonizó su división de retail. En plena fiebre del comercio electrónico, con Amazon y Alibaba disputándose el liderazgo, la compañía anunciaba su cierre en España, así como también en Austria y Reino Unido.
En un breve comunicado difundido por el grupo, anunció su adiós del mercado nacional y matizó que la operación no afectaba a las de otras participadas como Kobo Inc., dedicada a la venta de dispositivos móviles de lectura.
El portal electrónico de Rakuten funcionaba puramente como un marketplace o tienda virtual. Es decir, actuaba como intermediario entre las empresas que ofrecían sus productos y los potenciales compradores. Es una estrategia un poco distinta a, por ejemplo, Amazon, que sí vende artículos propios.
El cierre supuso un auténtico fracaso en sus previsiones. Su entonces consejero delegado, Marc Vicente, tenía unas perspectivas muy distintas en 2014: «Queremos acabar el año siendo uno de los 20 portales de ‘e-commerce‘ con más volumen en España, entrar en el top 10 en 2015 y alcanzar la primera posición en un plazo de cinco años [2019]», aseguraba entonces Vicente, según recogía Cinco Días.