La sociedad bioquímica también carga contra los polémicos estudios de la OCU
La Sociedad Española de Bioquímia Clínica y Patología Molecular cuestiona los métodos científicos de los estudios de la OCU que han premiado las cremas de Lidl
Los estudios de cremas hidratantes y antiarrugas de la OCU no paran de generar críticas. La Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular, SEQC, se manifestó en contra de los estudios de cremas antiarrugas de la Organización de Consumidores y Usuarios, OCU, que hace dos años dieron como ganadora a la crema de Lidl.
Además de la patronal de la industria cosmética, Stanpa, los científicos de la industria bioquímica clínica han cargado contra los estudios de cremas antiarrugas de la OCU por no publicar los criterios técnicos de los estudios que han terminado por disparar las ventas de una crema de 3 euros.
La protesta por la falta de transparencia se produjo en 2014 cuando la OCU elaboró un estudio de cremas antiarrugas que fue ganado por la crema de Lidl. En el informe, la OCU terminó por recomendar la crema de la cadena de supermercado por encima de marcas reconocidas en el mercado como Clinique, L’Oreal o Vichy.
Entonces la OCU, que catapultó a las cremas antiarrugas de Lidl, criticó a la industria cosmética por ofrecer productos cosméticos sin «resultados científicos rigurosos».
Sin metodología clara
Los científicos de la sociedad bioquímica clínica, cuyo propósito es difundir las publicaciones científicas y técnicas, quedó atónita con la metodología de la OCU que ha generado una enorme polémica en la industria.
En el último estudio de la OCU, la crema hidratante del supermercado también fue galardonada como la mejor del análisis a pesar de haber quedado en el puesto 16 del análisis científico de la OCU, tal como publicó este diario el lunes.
El comité científico de la CEQC exigió a la OCU que publique de forma íntegra la metodología que llevado a la entidad a cargar contra la industria y a promover la polémica crema de Lidl. Uno de ellos es que, después de las pruebas de laboratorio, se clasifica a las cremas antiarrugas en una escala del uno al cinco (en el estudio de cremas hidratantes es de uno a cuatro).
Minimizar a la ganadora
Con esta escala, la crema ganadora del estudio científico queda igualada con muchas otras incluidas en el estudio a pesar de haber dado resultados mucho más modestos.
«En la información publicada se expresan como estrellas en una escala de 1 a 5, si bien no se aporta información de cómo se calcula esta posición en la escala a partir de los valores objetivos medidos con los instrumentos», explica la Sociedad de Bioquímica Clínica.
«Los estudios de referencia en el campo cosmético calculan a partir del análisis como mínimo cuatro valores de una misma muestra y cada uno aporta una información respecto al efecto antiarrugas (Número total de arrugas, Longitud de la arruga (en mm), Superficie total (mm2), Profundidad de la arruga (en μm))», asegura.
Esta escala del uno al cinco permitió –entre otras cosas– que la crema hidratante de Clinique, que ganó las pruebas científicas de la OCU, terminara desplazada a los últimos puestos del estudios.
Del lado contrario y de forma sorprendente, la crema de Lidl, que quedó en la posición número 16 en el laboratorio, terminó siendo premiada por la OCU. El nombramiento tuvo un éxito de ventas sin parangón, según Lidl, al multiplicarse por 20 las ventas de la crema.
La OCU asegura que no recibe dinero de ningún fabricante por dejar bien a sus productos en los estudios.
La referencia inexistente
El comité científico de la sociedad también quedó sorprendido porque la OCU utilizó «un producto estándar de eficacia comprobada» para comparar el resultado de las cremas. Pero los científicos delatan el sistema de la OCU al asegurar que no existe tal producto.
«No existe tal producto de referencia para evaluar la eficacia antiarrugas o hidratante de un producto. Por tanto, en primer lugar se debería definir en el estudio qué se considera una «eficacia antiarrugas estándar» y en qué parámetros se han basado para hacer esta comparación (profundidad, longitud, superficie o número de arrugas», concluye el comité científico.
La OCU es una organización sin ánimo de lucro pero que cuenta con una empresa, OCU Ediciones, que ha levantado un negocio millonario. Le empresa factura en España 25 millones de euros anuales y tiene conexiones internacionales en Luxemburgo y Hong Kong.