La refinanciación de Sacyr por Repsol evitó un «riesgo sistémico significativo»

La constructora suma minusvalías latentes de 260 millones sobre valor en libros por su 8,9% en la petrolera y de 465 respecto a los 2.265 millones que restan por amortizar

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Los bancos acreedores del préstamo sindicado de 5.175 millones de euros, con los que Sacyr adquirió en diciembre de 2006 el 20% de Repsol, acaban de refinanciar los 2.265 millones que restan por amortizar del 8,9% que aún ostenta tras diluciones y ventas. Y lo hacen, no porque la constructora –ahora presidida por Manuel Manrique y, entonces, por Luis del Rivero– esté en condiciones de devolverlo, sino para evitar males mayores.

En concreto, el «riesgo sistémico significativo», al que alude Santiago Senent, magistrado titular del juzgado de lo Mercantil 7 de Madrid en el auto de homologación del acuerdo de reestructuración de la deuda de la sociedad Sacyr Vallehermoso Participaciones Mobiliarias (SVPM), filial que tiene como único activo la tenencia de la participación en la petrolera, y como únicos ingresos los dividendos que percibe Sacyr por esta participación, que en 2014, entre ordinarios y extraordinarios, se elevaron a 240 millones.

Efectos negativos de no refinanciar

A la vista de la documentación presentada por Sacyr al juzgado, el magistrado se planteó que no cabría tal homologación al limitarse la actividad de esta filial a la mera tenencia de las participaciones, sin realizar actividad profesional o empresarial alguna. Pero lo descartó de plano ante las consecuencias que la no refinanciación hubiera supuesto.

«La viabilidad de la filial pasa necesariamente por la prórroga de la fecha de vencimiento final de la deuda, dado que no tiene liquidez suficiente para hacer frente al crédito sindicado, ni siquiera con la venta de las acciones de Repsol, lo que provocaría su concurso y posterior liquidación, así como la ejecución del resto de garantías otorgadas por Sacyr, lo cual tendría unos efectos extraordinariamente negativos», argumenta el magistrado en el auto de homologación.

Minusvalías

Efectos que el juez Senent llega a calificar de «riesgos sistémicos significativos», no solo para Sacyr, «con el consiguiente riesgo de desempleo para miles trabajadores, sino para la propia Repsol, ya que la ejecución incidiría en la cotización de sus acciones, y de modo reflejo en otras empresas del sector».

Con los 17 euros a los que cotiza actualmente Repsol, el 8,9% de Sacyr registra minusvalías latentes de 260 millones respecto al valor en libros de esta participación y de 465 millones menos respecto a los 2.265 millones del principal del sindicado.

El acuerdo de refinanciación, que aplaza el pago hasta 31 de enero de 2018 sin aporte de cuota alguna hasta entonces –solo intereses– incluye la novación del préstamo sindicado –con un importe principal de 2.265 millones– y mantiene las garantías sobre las propias acciones de la petrolera así como de las prendas por Testa y Valoriza, filiales de Sacyr.

Mayor operación de autocartera en 2011

Es la segunda ocasión en que Sacyr Vallehermoso Participaciones Mobiliarias, filial tenedora de las acciones de Repsol, se ha visto en la tesitura de refinanciar su deuda. En diciembre de 2011, ante la negativa de los bancos a revalidar el sindicado del que restaban por amortizar 4.900 millones, al haber solo devuelto 300 millones en cinco años, tuvo que ser la propia Repsol la que abordara una macro operación de autocartera –la mayor de la historia empresarial española– para recomprar a Sacyr el 10% de sus títulos propios por 2.572 millones.

La operación se llevó a cabo mediante la ejecución, por parte de algunas entidades acreedores, de la prenda de parte de las acciones de Repsol para que después la petrolera adquiriera esos títulos a los bancos.

De esta manera, Sacyr reducía al 10% su participación en la petrolera, y reducía a 2.446 millones la deuda financiera, la que vencía el pasado 31 de enero, y que ahora se ha refinanciado para ser devuelta dentro de tres años. O antes, de manera parcial, si los títulos de Repsol superan los 20 euros de cotización.

Operación inviable

Como ahora, aquel capote de Repsol evitó lo peor para Sacyr, y puso en evidencia el sinsentido de una operación realizada en plena borrachera, en diciembre de 2006, en el punto más álgido del paso ciclo económico expansionista, cuando la acción de la petrolera rozaba los 27 euros.

La operación llevó a Sacyr a pagar más de 6.500 millones, 1.300 con recursos propios y, el resto, con un préstamo sindicado de casi 5.200 millones, de los que el propio Estado aportó, vía Instituto de Crédito Oficial (ICO), 350 millones.

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