La razón por la que los españoles dan la espalda a Subway
La cadena ha asumido que al español no le gustan sus panes blandos y azucarados. Ahora se concentra en el turista
La cadena de comida rápida Subway, la franquicia con mayor número de locales en el mundo, renace tras el traspié que la obligó a cerrar operaciones en España. La red de franquicias que triunfa en medio mundo con sus bocatas de pan blando ha afrontado serios problemas con las preferencias del consumidor español.
Los panes variados blandos de queso, orégano o cereales no terminan de convencer al público local. La cadena se ha percatado de que poco tiene que hacer frente a los panes con costra y tostados de mayor calidad y mucho más apreciados en España.
Esa preferencia ha hecho que la cadena haya cerrado hace ocho años operaciones en España donde operaba con una master franquicia. Frente a la exigencia del público español, y tras un nuevo reenfoque de negocio, ahora Subway ha dado con la solución: enfocarse sólo en los turistas.
El renacimiento
Subway ha tenido serios problemas para ser aceptada en medio de una inmensa oferta de bocadillos de bares tradicionales y de cadenas de restauración. A pesar de la facilidad de su preparación y de usar ingredientes con bajo contenido graso, la oferta gastronómica no pudo con el pan tradicional.
Para retomar posiciones perdidas, la compañía ha planificado su nueva expansión en la zona de Mediterráneo y Canarias, con algunas excepciones como Madrid, donde también se ubica en zonas de alta afluencia de turistas o estudiantes extranjeros. Hay contados restaurantes en el norte del país y ninguno en Galicia, Cantabria o las Castillas.
La compañía ha vuelto a renacer con casi 70 restaurantes en toda España en centros comerciales de turistas o en el centro de las grandes ciudades concentrados en áreas de comida rápida. Allí, casi ningún español acude a comer.
En Barcelona, una pequeña panadería tradicional de la calle Larrard (por donde bajan las manadas turísticas del Parque Güell) cerró para dar paso a un Subway. La explicación es clara. La zona ha dejado de ser un barrio convencional para transformarse en un zoco turístico donde Subway tiene una ubicación privilegiada.
«En España, donde los bocadillos de calamares y el buen pan son norma en muchas de las ciudades y pueblos, Subway tiene difícil cabida. Acudí con un cliente a una reunión con Subway y no daban la información completa. Omitían que la empresa tuvo que cerrar y volver a abrir con un foco en el mercado turístico», explica Gabriel Eustache, asesor de nuevos negocios de la consultoría Cohen y Aguirre.
Sin salidas de humos
La franquicia asegura que, por tratarse de locales que no necesitan salidas de humos, suponen una excelente inversión. La compañía asegura haber pasado de 50 a 70 locales en el último año gracias a su nuevo plan de expansión.
Sobre la base de captar el turista, el negocio ha ofrecido mejores resultados. Pero no siempre el final ha sido satisfactorio. El Subway del centro comercial Pelícano en Coruña apenas se mantuvo en pie poco más de un año.
Fue un centro de tiendas y comida rápida pensado para turistas. Pero, para sorpresa de los franquiciados, los visitantes de los cruceros preferían ir a comer marisco a la calle de los vinos que pizzas hamburguesas y sándwiches de Subway.